Capítulo 14

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Inmediatamente se dio cuenta que aquella mujer necesitaba atención médica, seguía sangrando, él había tomado unos cursos de primeros auxilios pero no sabría la gravedad de su estado si no se limpiaba bien.
Sesshomaru: Kagome... *Casi susurrando* Necesito que te bañes para que pueda revisarte.
Ella seguía con la mirada perdida en algún sitio, su rostro estaba tan blanco como el de una hoja y comenzaba a temblarle el labio.
Sesshomaru: ¿Me permites bañarte? Ni si quiera se movió de su lugar, comenzaba a preocuparle el hecho de que ella no respondiera a nada pero tenía que actuar rápido.
Sesshomaru: Voy a quitarte la blusa... *Se inclinó un poco para desabrochar uno a uno los botones* Necesito que por favor me hagas algún tipo de sonido si te sientes incómoda *No hubo reacción de parte de ella, seguía inmóvil, cuando termino volteo a verla nuevamente* Podrías ahora levantarte un poco tu cadera para quitarte el pantalón?
Ella seguía en el mismo estado, seguía sin si quiera verlo, todo indicaba que tendría que hacerlo solo, al meter las manos al agua y desabrochar a ciegas su pantalón no pudo evitar ver sus pechos desnudos delante de él, cuando le dio la ropa el día anterior había olvidado darle un sostén, se ruborizo, era un idiota por fijarse más de la cuenta y se maldijo a si mismo por no poder evitar verla... Era tan hermosa, a pesar de estar pálida y sin expresión alguna en su rostro, su cuerpo, su frío y delicado cuerpo dejaba ver que portaba una belleza descomunal, movió la cabeza negativamente, levantó la vista hacia Kagome algo apenado, no sabía que encontrar en sus ojos, pues claramente se había quedado anonado por unos segundos con sus pechos, entonces volvió a toparse con los ojos vacíos de la mujer, suspiro y siguió intentando desabrochar los pantalones de ella debajo del agua con sangre, pudo sentir como como se aflojaron al instante, saco las manos y se dirigió a los pies de la tina, con un movimiento rápido saco la prenda, ella por su parte ni si quiera se movió, no quiso quitarle la ropa interior, de hecho no podía ver si traía o no porque el agua estaba teñida en rojo.
Sesshomaru: Voy a quitar el tapón de la tina para llenarla otra vez, necesito quitar la sangre de tu cuerpo... *Hubo un silencio largo otra vez*
Por más trato que recibiera la chica no reaccionaba, él suspiro. 
Saco el tapón de la tina y al irse colando el agua por la tubería se dio cuenta de que Kagome seguía sangrando, los nervios le pusieron la piel de gallina al notar cómo sus pantaletas estaban de un rojo vivo, trago en seco cuando supo que también tendría que quitarlas pero ¿Que le pondría después? En ese momento no tuvo tiempo de pensar mucho porque pudo notar como el cuerpo de la chica comenzaba a temblar por el frío, volvió abrir a la llave y con rapidez fregó su cuerpo con la esponja, lavo su cabello y la enjuago hasta que quedó libre de jabón pero volvió a sangrar, sabía que si no lograba contener el sangrado las cosas se pondrían feas, feas de verdad.

Corrió por una toalla y la abrió, esperando a que Kagome se levantara para que la pudiera cubrir, pero no hubo acción de su parte, ella seguía acostada en la tina, tendría entonces que cargarla y llevarla a la cama.
Sesshomaru: Espérame un momento.
Salió corriendo y minutos después regresó, se inclinó sobre ella y con extrema delicadeza la levantó para recostarla lentamente en la cama que estaba tapizada en toallas, si Kagome iba a estar ahí no podía correr con el riesgo de manchar la cama, ante todo necesitaba higiene.
Sesshomaru: Voy a salir a la farmacia, te ruego por favor no te muevas de aquí.

No sabía exactamente cuánto tiempo tardó en ir a la farmacia y regresar al apartamento.
Suspiro cuando encontró a Kagome en la misma posición que la había dejado, camino hasta ella y de la bolsa que traía en mano saco un paquete de toallas sanitarias, después saco otro paquete nuevo de ropa interior de mujer, con los nervios de punta comenzó a leer el instructivo de las toallas sanitarias. ¿Cómo demonios le haría para pegar esa cosa en la pantaleta? Leyó y releyó, las manos le sudaban, jamás había hecho algo así en su vida pero esto era un caso extremo, necesitaba al menos ponerle las pantaletas antes de tomar la decisión de llevarla al hospital o no, aunque claramente sabía que Inuyasha la buscaría ahí, porque él también se había dado cuenta de lo débil que estaba y no quería exponerla en un lugar que, a pesar de ser cerrado, podría tener escasa vigilancia.
Como Dios le dio a entender, colocó la toalla en la base blanca de la pantaleta ya sin las tiras que cubrían el pegamento, no quiso tocarla pero si la volteo al revés para verificar que estaba bien fijada, una vez que verificó que no se caía se acercó a Kagome.
Sesshomaru: Voy a ponerte la ropa interior, si te sientes apta para ponértela por ti misma por favor dime algo...
Otra vez el amargo silencio reinó el lugar, tenía esperanza de que al menos en eso quisiera cooperar, pero la mirada perdida y vacía de la chica no dejaba de reflejarse en ella.
Sesshomaru: Bien, entonces hay que apresurarnos.
Se colocó a sus pies y con rapidez se apresuró a subirle los calzones por las piernas, desvió la mirada para no ver lo que había entre sus piernas, suficiente había tenía con la experiencia de sus pechos como para agregar el sexo de la chica.
Cuando sintió que el calzón ya no pudo subir más, volteo a ver, la ropa interior estaba en su sitio, corrió para quitar las toallas manchadas de sangre que había debajo de ella para que no se manchara nuevamente la ropa interior, de un solo jalón recostó a Kagome de lado y saco de la bolsa de la farmacia un pañal de adulto enorme que tendió sobre el colchón, lo cubrió con más toallas limpias y cuando estuvo seguro de que así no mancharía más abajo la volvió a recostar, ella seguía inerte, con la mirada perdida. Era como estar cambiando a un bebe, sólo que él jamás lo había experimentado...

Cuando el hilo rojo se rompeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora