26.

354 32 6
                                    

Sin falta hizo reposo absoluto dos semanas completas y luego comenzó a trabajar en la aldea y su reconstrucción, durante dos semanas más, no había vuelto a tener dolores, o malestares, siquiera debilidad. Le lanzaron una botella de té, en su dirección mientras estaba mirando a otro lugar, ella la atrapo sin ningún esfuerzo y bebió de ella, Shikadai se le acercó, con sus manos en los bolsillos despreocupado. 

-¿Cómo está el hombre bestia? -estar ocupado ayudaba bastante con la angustia de no tener noticias de su amigo. Está vez la curiosidad fue más.

-Aguantando- dijo sin explicar nada, últimamente tenia un buen humor, las expectativas, más los esfuerzo de los aldeanos de Konoha por restaurar su hogar la tenían llena de estamina. 

-¿Tan mal está?- hizo una mueca. Después de todo fue el único que recibió una importante herida durante la batalla. 

-No, no- se rió por la preocupación -Orochimaru no quiere darle el alta, hay un pequeño problema para que vuelva a ser el mismo, pero él esta muy bien, es solo eso- no sabia como, ni por donde empezar a darle una explicación contundente. 

-Su padre está preocupado- hizo una mueca extraña. 

-Lo se ,es raro ¿no? Orochimaru siendo protector y eso -ella ya lo había asumido en cierta medida, lo había presenciado en primera fila como para negar lo. 

-Orocimaru ¿qué?- la voz de la Senju se escucho detrás de los chicos -esa serpiente no sabe lo que es la preocupación. 

-¡Quinta!- dijeron los dos ante su postura y ojos miel almendrados -yo lo vi abuela Tsunade, no estoy exagerando, me deja verlo solo dos horas por la noche, antes de irme a dormir. 

-¿Quién?- volvió a preguntar incrédula. No se lo podía creer y lo negaría hasta verlo por sí misma.

-Orochimaru- respondió Sarada, la Senju frunció el ceño molesta. 

-¿Con quién?- esos ojos miel volvieron a mirarla seriamente.

-Su hijo, Mitsuki- dijo Sarada y a la mujer frente a ella, se le cayó la mandíbula, mientras un grito se ahogaba en su garganta, ella desapareció de allí, antes el asombro de los que la estaban viendo, Sarada no perdió el tiempo -oye ven aquí- abrazó a Shikadai y alzó su teléfono para sacarse una foto con él -estoy llevándole fotos de ustedes para que no se sienta tan solo. 

-¿Tiene la capacidad de sentirse solo?- preguntó bromeando. 

-Si lo hace, idiota. Después quiero fotografiarnos todos juntos -le sonrió y luego le dio un codazo para cambiar el tema -supe que la cagaste en grande. 

Esté enrojeció, y se rascó la cabeza mientras escondía la cara -mi vieja está furiosa, me envió a Sunagakure a buscar a Yodo personalmente, pensé que me mataría. 

-Si tienes  problemas puedes quedarte aquí- le dio un papel con unas coordenadas -estoy cuidando del fuerte, mientras el dueño aún esta internado, también invite a los chicos, lleva a Yodo si te sientes cómodo o llegas a tener más problemas con tu mamá. 

En la planificación de reconstrucción las casas y departamentos no eran una prioridad, ya que el albergue estaba bien equipado, y suplía todas las necesidades, de los pobladores, podían aguantar allí varios meses, en cambio los edificios de primera necesidad eran la mayor preocupación en la aldea, la planta de agua fue lo primero en repararse, luego la hidroeléctrica, y ahora seguía el hospital, y así sucesivamente. Las guarderías y colegios ya estaban rediseñados y terminados. 

El septimo estaba revisando los planos junto a Sauke, le estaba enseñando lo nuevos planos del hospital, el Uchiha frunció el ceño -dale un respiro- se refería al trabajo de su esposa. el rubio se rió. 

No es obsesión, se llama amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora