Diarios del alma ||TERMINADO||

Fría tempestad

Es imposible tocar el cielo sino conozco el dolor. Me desvío del camino que elegí y me lastima cada paso; me vuelvo inútil y pienso que debería detenerme. No puedo avanzar si siento que me falta algo; y aunque me cueste admitirlo, he descubierto que nadie puede entenderme, que es tonto esperar a que alguien llegue a cambiarme la vida. Porque no he nacido para ser sonreír completamente, me pregunto ¿Qué es ser feliz? Y por más que lo intento no puedo responder a algo tan simple.

Me equivoco a cada segundo, soy torpe todo el tiempo y me niego a la verdad que siente mi corazón. Porque no soy digna de amar y tampoco digna de recibir amor. A veces miro al horizonte esperando respuestas, esperando tan solo una señal que me diga qué está mal conmigo, por qué todos se alejan de mí y por qué me siento tan vacía cuando ni siquiera yo sé qué he perdido.

Hoy y todos los días he pensado que aparentar felicidad es la solución a mis problemas, pero ¿Cuáles son mis problemas? No entiendo. ¿A dónde debo ir? ¿Quién está dispuesto a escucharme? Yo... me siento sola, siento que no debería de existir y que si se me diera la oportunidad de partir de este mundo no lo dudaría porque es mejor sin mí y lo mejor para todos. Nadie más tendrá que enojarse conmigo, nadie más sentirá que soy una carga, nadie me reclamará por cosas sin sentido, nadie se acordará de mí una vez que no pertenezca a esta vida.

"¿He intentado vivir al máximo cada momento?" me reclama mi conciencia quien cree que aún hay luz en este mundo tinturado de color gris casi negro, yo solo puedo contestar que me he cansado de intentarlo todo, de ser fuerte para no llorar a cada instante, no sirve de nada cuando nadie ve la persona que escondo de la realidad. No soy la persona más bella ni la indicada para seguir batallando una guerra que poco a poco me destroza. Necesito gritarle al mundo cuán infeliz soy, que me duele y lloro cuando me dicen algo cruel. Yo no soy mala ni tengo un mal carácter, simplemente uso esas máscaras para no demostrar lo frágil que siempre he sido.

Desde que tengo uso de razón he vivido llorando en los rincones o lugares donde nadie pueda verme. No puedo evitarlo, es parte de lo que soy y parte de lo que seré si no encuentro valor para ser diferente. Me da miedo morir, no porque le tema a la muerte sino más bien porque le temo al olvido. ¿Alguien siquiera ahora y en este momento se acuerda de mí? Estoy segura de que no es así, quién se preocuparía por alguien como yo, eso solo ocurre en los cuentos de hadas y esta historia no es ningún cuento de Disney.

¿Cuánto tiempo más podré resistir? ¿Cuántas veces más tendré que fingir que todo es perfecto a mí alrededor? ¿Cuándo alguien me dará un abrazo y me dirá que todo está bien?

¡Por qué no puedo seguir el guion! 

Me es difícil actuar todos días para que nadie se dé cuenta de lo desquiciada que soy, estoy harta de que siempre me traten mal... qué no ven que me lastiman. Es que no sienten lástima por esta persona que cada día se convierte en un objeto. Me canso de que me utilicen, me canso se soportar groserías, me canso de todo, pero no puedo decir nada, no puedo ni siquiera definir la persona en la que me convertido. Porque es mejor decirme que me odian y que jamás estarán para mí. Si no puedo contar con el apoyo de nadie al menos la honestidad será mi amiga.

Lo débil debe desaparecer porque es una existencia que nunca debió nacer y ese es mi destino, sin embargo, estoy segura de que aun puedo luchar aunque no tenga a nadie. 

Tú tampoco te detengas si estás pasando por alguna fría tempestad, no dudes en seguir adelante, no tengas miedo a la soledad porque el miedo paraliza y tú debes continuar de pie en el campo de batalla. 

Mis lectores si aun se acuerdan de mi, les dejo unas pequeñas palabras hasta que me anime a continuar con mis obras pendientes. En estos momentos estoy muy ocupada con asuntos académicos, pero prometo que pronto tendrán más noticias de mis publicaciones. 

Hasta entonces... Nos vemos.