Se siente raro volver a escribir, después de que pensé que era solo para desahogarme, y al parecer es así.
Después de darle cuenta por la fuerza, y de la peor manera de que la chica por la cual daba todo, no estaba dispuesta a quererme, y me alejé del todo, estaba tan vacío que no me importaba nada, y pues...
Mis amigos siempre ahí para no dejarme caer, aunque ritos también. Pero en la última semana, me la presentaron, y ni siquiera le puse atención. Digamos que, era linda pero yo seguía llevado de la anterior, y eso como que no ayudaba mucho. El caso es que en la fiesta de despedida, sentí que hubo algo mientras bailaba con ella, y eso casi nunca pasa.
Un día, me dió por hablarle, y la conversación empezó a fluir, y entre antojo de comida, de paisajes mientras viajaba y todo, ella empezó a mostrar interés de regreso, no sé si por decencia o porque de verdad le interesaba. El caso es que se dieron las cosas.
Lo gracioso es que ella me sacaba muchas sonrisas al otro lado de la pantalla, y me preguntó por eso una noche. Yo simplemente fui sincero, porque de verdad estaba sintiendo que me encariñaba con ella, y me preguntó que si me gustaba alguien. Aún no la agarraba, pero si, era ella. Y en un principio nunca le dije que me gustaba, pero ella lo dedujo. No era para ilusionarse, ni a ella, ni yo mismo, era genuino, como siempre ofresco mi cariño.
La cosa es que se dieron las cosas sin esperar y, sin pensarlo y que ella está dispuesta. Me gusta, puedo decirlo ahora, y el hecho de que me guste no significa que esté llevado, ésta vez, hay alguien al otro lado de la pantalla que sonríe cuando le escribo, y le digo cosas bonitas.
Sólo quiero que ella sepa que la quiero, cómo se debe y no fallarle, cómo antes, pero esa sonrisa es la que me motiva a dar lo mejor de mí. Vamos sin prisa pero sin pausa, las cosas a su tiempo, y que ella me abrace fuerte, sentirla en mis brazos, eso me da calma, después de unas vacaciones de mucho chat y nada de besos... Pero qué puedo decir, se sintió tan buen volverla a ver, que me aguanté las ganas de no dejarla ir, por ahora.