Secreto pecaminoso © [One shot]

Secreto

Esta es una de esas historias de las que seguramente no sabes nada.

Porque esta es una de esas historias secretas que no salen a la luz en el manga y mucho menos en la televisión.

Es una de esas historias secretas, privadas, y pecaminosas que solo se quedan atrapadas en el momento y no vuelven a salir a la luz ni son reveladas por ninguna boca.

Inigualable.

Increíble.

Fascinante.

Irrepetible.

Esas son las palabras que podrían definir la historia de Juvia y Erza; un secreto que formaron las dos hace tiempo atrás y que, a partir de ese momento, solo siguió viviendo dentro de sus cabezas.

No fue algo que sucedió después del año en que el gremio estuvo disuelto, ni cuando la guerra contra Acnologia acabó. No. Fue mucho antes; cuando Tártaros se mantenía entre las sombras y todos en Fairy Tail pasaban ese corto —y a la vez aburrido— tiempo de escoger misiones al azar para ganar dinero y disfrutarlo descansando un poco. Todos sabían que habrían amenazas más grandes afuera; que si bien no habían llegado todavía, aparecerían en cualquier momento. Así que, como siempre, esos días en los que los magos más activos no tenían misiones de alto nivel que escoger, se dedicaban a tomarlo como unas intermitentes vacaciones, centrándose en divertirse y pasarla bien.

Por esos días, Erza solo quería divertirse y pasarla bien.

A pesar de que la mayoría de sus amigas del gremio vivían en el mismo edificio con habitaciones separadas, eran escasas las veces en las que todas estaban presentes en Fairy Hills para pasar el rato juntas siquiera en algo tan trivial como desayunar o almorzar. Sin mencionar que su amiga más cercana, Lucy, vivía afuera del edificio, en una casa rentada, y no podía pasar tiempo con ella en Fairy Hills tampoco.

¿Cómo era que el simple hecho de reunirse todas resultaba tan complicado?

Erza quería tener un día de chicas, quería pasar el rato feliz con todas sus amigas. Nada de hombres peleándose para que ella tuviera que actuar como niñera; Natsu, Gray, Gajeel y Elfman bien podían irse bien lejos con sus peleas infantiles, porque ella estaba dispuesta a relajarse y pasar el rato con personas civilizadas que la entenderían y hablarían de las mismas cosas porque todas eran chicas.

Así que puso su plan en marcha.

Los penes, por ese día, estarían vetados de su rojiza cabeza.

Pero lo que Erza no sabía es que había alguien de sus amigas que jamás de los jamases podría sacarse un pene en particular de su azulada cabeza.

Juvia ese día estaba aburrida. Ella quería salir al gremio y observar a su hombre; porque sí, Gray era su hombre aunque él se negara a la idea. Ella sólo quería pasar tiempo junto a él, y ¿quién sabe? Tal vez escoger una misión juntos que implicaría perderse en el bosque y terminar abrazados en el pasto mientras serían víctimas de un accidentado beso que subiría la temperatura y los llevaría a algo más que inesperadamente...