La sombra del callejón

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Podía sentir el pesar de su mirada sobre mis hombros, era ya tarde pero nunca demasiado, pues todos tienen que llegan a casa antes del toque de queda; 9:49 pm y el peso de esa mirada se hacía más fuerte, pero una vez dentro del auto no me atreví a decir que tenía miedo, mamá y papá no decían nada, sin embargo noté que también lo sentían. Mamá aceleró, papá aumentó la velocidad de su respiración y yo, yo sólo me puse el cinturón de seguridad, miré mi teléfono y ya no tenía señal -perfecto- susurré, papá me hizo callar con la mano, 9:58 pm, me sentí preocupada, ya faltaba poco para las diez, y todos sabemos lo que pasa a partir de las diez.

Aún faltaban por lo menos cuatro kilómetros para llegar a casa, y en dos minutos no los íbamos a recorrer, mamá aceleró aún más y sudaba, por el espejo retrovisor pude ver su cara, el miedo quedaba marcado alrededor de sus ojos y papá apretaba las uñas contra sus palmas con fuerza, cerré los ojos un momento y empecé a rezar para que los minutos se extendieran, las diez y un minuto, dos, tres, y entonces lo sentí.

¿La mirada? ¿la criatura? Nunca sabré que era con exactitud pero se acercaba mucho más rápido que el límite de velocidad, mamá siguió y siguió acelerando, el motor olía a quemado pero ninguno de los tres dijo nada hasta que papá rompió el silencio -Lisa saca las llaves de la bolsa- ni una palabra más ni una menos, la presencia seguía acercándose y el motor ardía, encontré las llaves y las tomé -las tengo- contesté, antes de que papá me las pidiera sentimos el golpe, mis padres adelante y yo atrás,  el golpe fue en la cajuela, lo que sea que fuera insistía pero mamá seguía manejando más y más rápido hasta que el motor no podía dar más y entonces... frenó, el auto estuvo a punto de voltearse pero parecía que algo, o alguien lo impedía.

10:10 pm:
¿Eso fue todo? -Lisa cállate -rugió mi padre, segundos después mamá encendió de nuevo el motor y entonces "Él" volvió -¡ABAJO! -No sabía que más decir al ver las ventanas explotar, los cristales volaron frente a mis ojos y uno llegó a hacerme una leve cortada en la mejilla, esta vez mamá si volteó -¡Lisa! ¿Estás bi.. -algo golpeó la parte delantera del auto, se escucharon unas uñas rasgando las puertas  -¡AAHH! -Era un sonido desgarrador, me tapé los oídos y apreté los ojos -¡MAMÁ ARRANCA! -No necesité decirle nada más, volvió a encender el auto y por fuera del camino siguió manejando a través de la banqueta, mientras esa presencia sacudía el auto, sentía mis tímpanos explotar, como si los hubieran perforado y no dejaran de sangrar, pero no había sangre, entonces una figura negra apareció en frente -¡Mamá hay alguien! -dije a gritos - no pienses si quiera por un segundo en frenar -dijo papá demasiado calmado -¡Podría matar al...-Silencio Lisa, no podemos parar ahora - pero y si Lisa - ¡Dije que no frenaras! - mamá solo pudo gritar y pisar el acelerador, lo atravesamos, extendió su mano en señal de alto y al pasar por él me empezó a doler la cabeza y sentí que me arrancaban la piel, pero peor que yo estaba mamá, de sus uñas brotaba sangre por haberlas enterrado en el volante y pude ver como contenía las lágrimas, mi padre sin embargo se encontraba tranquilo, sin ningún rasguño, entonces llegamos a casa,  entramos lo más rápido posible dejando el carro en la entrada y pasamos por la puerta de madera, yo intenté hacerlo pero nunca hablamos de lo que pasó esa noche.

6:15 am Lunes:
¡Lisa arriba! -oí a mamá decir eso y solté un gruñido -La alarma no ha sonado -grité sin ganas de mover un sólo músculo y me cubrí la cabeza con la manta -¡Lisa! -reprochó - ya vas 15 minutos tarde ¡apurate y levántate! --entonces sentí como se sentaba a mi lado -oye, si quieres hacer algo bueno con tu vida debes empezar con terminar la preparatoria -podría hacerla en línea a las 5 de la tarde -dije entre dientes y ella soltó una risa y me quitó la manta -hoy tienes que llegar temprano -dame una razón coherente para hacerlo -dicho esto le quité la manta y volví a taparme -me siento mal no debería ir -ajá, te haré algo para el desayuno, tienes diez minutos para empezar a cambiarte o lo siguiente que sentirás será un balde de agua fría encima, y tú secas las mantas ¿me estás escuchando? -¿mñn? Si... eso creo -seguía adormilada - Estás advertida -luego mamá salió del cuarto hablando para ella misma, cuando dije que me sentía mal no era del todo mentira, me dolía el cuerpo y sentía escalofríos al separarme de la manta.

De pequeña le tenía miedo a los monstruos que "viven bajo la cama" y ahí fue cuando decidí que mi manta sería una especie de "capa de invisibilidad" o burbuja protectora para que no me comieran viva, viéndolo desde este punto es algo tonto pero para una niña de seis años que no deja de ver sombras y escuchar ruidos era realmente aterrador.

Me levanté con unas ganas de lanzarme a la cama de nuevo, saqué el uniforme y lo miré por un minuto -¿no podían hacerlo más feo? -pensé, era una camisa blanca y falda del mismo color (esa sólo la uso los lunes) y la parte de atrás tiene una cinta que se asemeja a una correa.

Bajé las escaleras, y "disfruté" el "increíblemente balanceado" desayuno que mi madre preparó -¿qué tenemos aquí? -pregunté -para usted señorita hay: huevo crudo, jugo de naranja en polvo, y cereal remojado ¿Qué desea ordenar? -papá siempre hace ese tipo de comentarios y finge ser el mesero de un restaurante gourmet en la mañana y no sé por qué, pero me levanta el ánimo -Mmm... creo que tomaré el cereal remojado con jugo tang, quise decir "artificialmente natural" -muy graciosos los dos -dijo mi madre a la vez que nos golpeaba en la cabeza a ambos -si no lo quieren hagan ustedes su propio desayuno -se dió la vuelta indignada y siguió mezclando lo que parecía harina para hotcakes -cariño sabes que sólo es una broma -dijo mi padre levantándose y tomándola de la cintura -sabes que sin esto llegarías amargada al trabajo -Mamá se estaba riendo y a la vez parecía que lo iba a empujar pero en vez de eso le dió un beso -voy a dejar esto en la mesa -puso el traste en la mesa y miré sus manos, tenían lo que parecían rasguños y marcas de presión, sentí que ya había visto esas marcas, esos rasguños -Mamá ¿Qué le pasó a tus manos? -¿A mis manos? -si, ¿me vas a decir que no has visto esas marcas? -¿marcas? - mi madre alzó sus manos pero mi papá las entrelazó rápidamente con las suyas -ella no tiene marcas ¿cierto Karen? -no salgo tarde, no hablo de noche -bien Karen, eso es cierto -¿papá? -miré las palmas de mi madre y estaban limpias - ¡Qué cara...- cuida tu vocabulario señorita -diciendo esto mi padre tocó mi frente y sentía que ..."¡MAMÁ FRENA EL AUTO! -Karen no te atrevas -¿No ves que podría matar a alguien? -Lisa cállate - pero pa...- ¡Qué ya no quiero que hables!"

"Aquí todo está bien Lisa, mientras estés en casa, y no le digas a nadie sobre esto"

El recuerdo se esfumó más rápido de lo que tardó en llegar, era una lluvia de ideas en mi cabeza, gritos, llanto y rasguños, luego recordé a mamá apretando sus manos contra el volante, estuvimos afuera después de las diez y yo lo sabía y creo que papá, por alguna razón, no quería que lo hiciera.

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⏰ Última actualización: Apr 17, 2023 ⏰

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