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Algo tan simple como un desorden. Eso es mi cabeza. Un desorden de palabras que dañan, que hieren. Ese tipo de palabras, frases, que la gente feliz no oye, ignora e incluso nunca se planteo su existencia. Esas palabras que me acosan dia y noche, que no me dejan tranquila en el más mínimo segundo, que me incitan a hacer lo impensable, y que, para mi, se va convirtiendo cada vez más en un sueño en vez de algo inimaginable.

Mucha gente dice que suicidarse es de cobardes, yo pienso que es al revés, que suicidarse es de valientes. ¿Quién tiene el valor de terminar con todo? ¿Quién tiene el valor de desaparecer sin más? ¿Quién tiene el valor de decir adiós a la vida, por muy cruel que esta sea? Los que nunca se han atrevido a llevarlo acabo son los cobardes, yo soy una cobarde. Esa idea que tanto me ha tentado y que me persigue sin descanso, esa idea que tantas veces he estado a punto de llevar acabo, pero que nunca he tenido el suficiente valor de hacerlo. Tan fácil como deslizar una cuchilla por la suave piel o como tomar más pastillas de las necesarias o saltar desde un décimo piso. Tan fácil y a la vez tan difícil. Quedarte pensando a cuanta gente le afectaría tu muerte y darte cuenta de que seguramente no le afectaría a nadie, sin daños colaterales, simplemente tú, fuera de este mundo, sin sufrimiento, sin nada. Liberando a toda esa gente que se sintieron obligados a fingir interés por ti. Facilitándole la vida al mundo. Los suicidas no son cobardes, son valientes. Valientes que no le temen a la muerte.

Esperar algo de los demás es estúpido, lo único que puedes conseguir de los demás es que te hundan más de lo que ya estabas, te tienden una mano, para alzarte y soltarte de golpe creando una caída peor de lo que ya era. Pensar que están ahí para ti, siendo la cosa al revés, tú estas para ellos, les sirves para desahogarse y después ¡Puf! eres solo una molestia. Yo lo denomino 'chica/o pañuelo', lo utilizas para desahogarte y una vez echo lo tiras, lo olvidas hasta que lo vuelves a necesitar. Pero eso, para gente como yo, es lo más cercano al sentimiento de importarle a alguien; te cansas de ser un 'pañuelo', claro que si, pero es la única manera de que alguien se fije en ti. Para utilizarte. Para destrozarte más de lo que ya estabas. La confianza es el arma para destruirte. Confiar en alguien es peligroso, algo casi imposible, pocas personas se merecen confianza y yo podría decir casi segura de que no he conocido a ninguna, o a casi ninguna que se la merezca. Pero cuando una persona esta dañada, tiene pensamientos que le incitan a odiarse a si misma, lográndolo, confiar en alguien es la única manera de sentirse 'segura', por decirlo de alguna manera. Pero tendemos a confiar rápido hasta que después de tantos batacazos contra el suelo y miles de heridas decides no confiar en nadie, ¿Para qué confiar? Si al final van a acabar destrozando la confianza. terminas siendo una persona que no confía, que reuye a la sociedad, por el simple hecho de que cuando lo hiciste, lo intentaste, lo único que conseguiste fueron negativas y heridas, heridas que pueden sanar, pero que no desaparecen y no lo harán con el tiempo, que permanecerán contigo siempre como cicatrices, que te cambiaran y terminaras siendo lo que nunca quisiste ser; esa persona que se odia a si misma, que desearía no haber nacido, que piensa que el mundo estaría mucho mejor sin ella, que lo mejor sería desaparecer, pero que no tiene los suficientes cojones como para hacerlo y terminas odiandote más de lo que ya lo hacías antes debido a tu propia debilidad.

Odiarse a si mismo, siempre que se utiliza esa frase la gente lo asocia a odiarse físicamente, no siempre es así - aunque la mayoría de las veces vayan unidos - empiezas odiando tu personalidad, esa por la cual la gente se aleja de ti, no te aprecian, eres diferente, 'única' dicen tus padres para animarte, pero el odio esta ahí y empieza con cosas simples como 'podría ser más simpático' ' a lo mejor si no fuera tan cerrado', frases que terminan convirtiéndose en un 'si es que soy totalmente horrible, ¿Quien se acercaría a mi?', llegados a este punto en el que has machacado todo lo posible a tu personalidad llegas al cuerpo, donde ves a todos los demás totalmente perfectos mientras tú eres la última mierda, aquella que nadie querría y que a lo largo de 16 años no han querido, esa persona gorda a la que ni siquieran piden una hoja, porque no eres nadie, y entonces empiezas a odiarte más y más, a odiar tu cara, tu cuerpo, tu personalidad, todo lo que puedas odiar de ti y a darte cuenta de porque nunca nadie te ha querido y nunca nadie te querrá, y aceptarlo no quiere decir que no te duela.

Empiezas a pensar que si consiguieras ser como los demás, como todo el mundo quieres que seas, alguien, aunque sea una persona solo, se podría fijar en ti, en que necesitas a alguien, en que estas cansada de llorar en silencio en tu habitación para que tus padres no te oigan, fijarse en que todas tus sonrisas son falsas, en que cada vez estas más muerto por dentro y que lo de fuera es simplemente una carcasa, que no queda nada de lo que un dia fuiste y que posiblemente esa persona nunca vuelva. Pero eso no ocurre, sigues sin importarle a nadie, todo el mundo tiene a alguien a quien acudir, alguien que le abraza cuando lo necesita que le susurra que todo ira bien y todas esas cosas que yo nunca he oído y nunca escuchare. Porque a nadie le importa si estoy bien o no, si mi sonrisa es de verdad, si en mi cabeza hay un desorden de voces que me demuestran todos mis defectos o por el contrario es todo tranquilidad e ideas claras, si escucho música por que me gusta o si es por callar las voces, si leer es una manera de disfrutar o una manera de escapar de todo y de todos y si escribir es un hobbie o una manera de desahogarme.

Porque a mis 16 años me siento vacía, nadie me ha querido y posiblemente jamás me querrán, personas que se hacían llamar 'amigas' me han dado la espalda, personas que deberían estar aquí, guiándome, explicándome la vida ya no están, me odio de una manera irracional, soy una puta gorda que nunca conseguirá dejar de serlo, por mucho que se mate de hambre y por eso nunca nadie se fijara en ella o simplemente le tendrá cariño, porque soy alguien distante, porque se puede pensar que se me conoce pero nadie lo hace en realidad, porque a nadie le importa como sea en realidad.

DesordenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora