Capítulo 8.

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Samantha me ayuda a levantarme mientras Dalia ríe a carcajadas, todos corren hacía mi y escucho como Aiden comienza a gritarle al chico pelirrojo.
Me levanto y todos me preguntan que si estoy bien para lo que yo asiento. Aiden llega con el pelirrojo y este se disculpa conmigo.

Minutos después todo vuelve a la "normalidad" y continúan con su practica mientras yo los observo, me sigo haciendo la misma pregunta ¿por qué no le quito la mirada de encima a Aiden? Miro como corre de un lado a otro para poder quitar el balón, y vaya que si es bueno.
Termina el entrenamiento y todos se despiden.

—Evelyn, te quería preguntar si quieres ir a dar una vuelta conmigo... —me sorprende Zagh con la propuesta.
—Y conmigo —agrega Mario.
—Si sales con ellos también conmigo —Aldo me mira con una sonrisa prepotente.
—A ver trogloditas, Evelyn no saldrá con ninguno de ustedes, tiene mejores gustos —dice Samantha riendo a carcajadas.
Sonrío tímidamente a todos y me despido de ellos, caminamos hacía el coche y hacemos la misma rutina.
Llegamos a casa a los 5 minutos, David baja del coche y yo tras él. Nos despedimos y entramos a la casa.

La poca luz del sol me despierta, el día esta nublado y veo como el sol comienza a ocultarse dejando que las nubes grises ocupen su lugar. Son las 9:00 y me dirijo al baño para bañarme.
Salgo del baño a los 10 minutos y me cambio, visto unos jeans negros, una blusa blanca, mis convers blancos y para finalizar me pongo mi chaqueta negra.
Desayuno un sándwich y jugo de manzana, pero cojo una de estas mismas para comermela en el coche, voy al baño y me cepillo los dientes; a los pocos segundos baja David y salimos de la casa, subimos al coche y comenzamos el trayecto hacia el estadio.
Al llegar hay muchos más coches de lo normal en el estacionamiento y veo que el convertible de Aiden ya esta en su lugar. Comenzamos a caminar hacia el estadio y veo como ya todo esta lleno y faltan 30 minutos para que comience el partido. David se despide de mi y camina hacía todo el equipo. Cuando llega David veo que Aiden lo saluda y desvía la mirada y se topa conmigo.

—¡Evelyn! —grita por detrás Samantha. —Bebé, estamos aquí. —Me giro y veo como hace un espacio para que me siente.
—Hola.
—Hola nena —me saluda. —Faltan como quince minutos para que comience el partido.
—Ok.

Los quince minutos pasan rápidamente ya que entable conversación con Samantha, y a los pocos minutos el árbitro toca el silbato y todo el equipo corre hacía donde se encuentra junto con el equipo contrario.
Comienza el partido y todos comienzan a correr tras el balón, uno se lo quita al otro, se caen, brincan, patean el balón y muchas cosas más.
Zagh cae al suelo y Aiden corre hacía el y comienza a gritarle al chico del equipo contrario, esta enojado, el árbitro saca una tarjeta amarilla y este se calma para que el juego siga.

—Corre, corre, correeeee. —grito cuando veo que Aldo lleva el balón cerca de la portería. —¡Goooooooooooool! —gritamos al unísono Dalia, Samantha y yo.

Diez minutos después ya nos encontramos 3-2 vamos ganando por uno. Acaba el primer tiempo justo en el momento en que gotas de agua comienzan a caer. ¡Lo que faltaba! Una tormenta invade todo el lugar, y los jugadores comienzan a estar mojados. Lo bueno es que donde estamos nosotras hay techo.
Aiden sube los escalones de las gradas y llega a donde estamos nosotras. Es tan lindo. Le queda tan bien su uniforme, su cabello húmedo cae sobre su frente y lo hace verse aún más lindo. Aiden besa a Dalia y todo en mi mente se desvanece, habla con su hermana y por último me saluda.

Cuarenta minutos después y el partido esta apunto de finalizar, van 6-4. Vaya que nuestro equipo si es bueno.

—Samantha, ya me voy.
—¿Qué? —dice alzando la vista y mirándome. —Pero si aún no acaba.
—Lo sé pero...
—Ah, ya se que pasa, quieres tener más tiempo para arreglarte...
—Eso, eso es... —digo algo nerviosa.
—Perfecto linda, yo me voy con Aiden y pues con tu hermano, en cuanto llegue a mi casa voy por mis cosas y voy a la tuya, no te arregles mucho, acuerdate que yo te voy a ayudar. —sonríe.
—Esta bien...

Me despido de ella y comienzo a bajar los escalones, saco mi celular y le mando un mensaje a David para decirle que ya me he ido. Salgo del estadio y siento la briza sobre mi, conforme camino cada vez voy más mojada, la lluvia aún cesa.
Decido tomar el camino largo a pesar de la fuerte lluvia que se encuentra; he caminado unas cuantas cuadras apenas y ya me siento todo un pez en el agua...

—Oye —alguien me llama por detrás y me giro y veo a Aiden parado frente a mi a unos cuantos metros ¿qué hace aquí?
—¿Qué haces aquí? —lo miro confundida, y su rostro refleja una sonrisa. Es tan lindo.
—El partido acaba de acabar y Samantha se fue con tu hermano. Cuando venía te vi.
—Ah. Esta bien. —Aiden se acerca a mi y observo como caen las gotas de agua de su cabello, la lluvia esta peor que nunca. Se quita la sudadera del equipo de la escuela y me la da. —¿Qué haces?
—Pontela. —Ordena y lo obedezco. En cuanto me la pongo esta me queda grande y literalmente nado en ella. Un silencio invade el momento.
—Gracias...
—No hay de qué. —Aiden se acerca a mi aún más, estamos a escasos centímetros, la lluvia cada vez se vuelve más fuerte pero por mi no hay ningún problema mientras comparta este momento con él.
Me mira y centra sus ojos en los míos, esos hermosos ojos avellana que tanto me encantan están a unos centímetros de mi; tras ellos no veo al chico egocéntrico que tengo frente a mi, si no por lo contrario, veo a un chico leal, tierno, sincero... Aiden poza su mano sobre mi mejilla y comienza a acercarse más y más lentamente. Nuestros labios están separados por una tan corta distancia. Aiden rompe con ella y sus labios se posan sobre los míos.
Oh.

Ojos color avellana ♡.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora