Parte sin título

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Una noche como cualquier otra fui a dormir, en cuestión de horas mi alma cedió al dulce mundo de los sueños, solo que esta vez no fue como los otros, esta vez me encontraba remando, extraño ya que nunca he visto el mar en mi vida, no sabia hacia donde me dirigía pero seguí remando y lo encontré, la Isla del sueño. Así decidí llamarle ya que la única forma de llegar ahí era soñando. Dentro de ella se encontraba una civilización, una ciudad de piedra, así como la de los antiguos mayas. En ella había mucha gente que conozco, amigos, familiares, y todos se divertían, jugaban, bailaban, cantaban, reían, era como el paraíso, al estar en ese lugar podía estar en paz, podía dejar de preocuparme y ser feliz. Jugaba con mis primos a las escondidas, nadaba en un pequeño lago con mis padres y jugaba futbol con mi hermano. Todo es tan hermoso aquí pero había un problema, no estaban todos, no veía por ningún lado a algunos amigos, no podía ser posible si este era mi sueño y no los podía hacer aparecer, le pregunte a mi madre y ella me dijo que este sueño no me pertenece solo a mi, en esta isla descansamos, nos despreocupamos, somos libres de ser felices pero no todos podemos estar aquí, lo entenderás al despertar. Ya era momento de irme, me aproximé a las costas y en ellas habían sombras, siluetas de gente que reconocería donde fuera, llorando, tristes, enojados, al parecer no podían entrar al centro de la isla por algún motivo. No les presté mucha atención y me fui remando, mientras mas me alejaba de la isla, me hundida mas en el mar, suavemente caía hacia mi cuerpo que yacía en la cama y desperté. Le pedí ayuda a mi madre para que me subiera a mi silla de ruedas y me llevara a la escuela.

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⏰ Última actualización: Feb 10, 2019 ⏰

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La Isla del SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora