Durante la semana, Romina tuvo muchos programas, yo estuve pendiente a las nenas y si ella necesitaba ayuda con algo, estuvimos muy cercanas estos dos días que pasamos juntas, hoy volvería a tener una gala donde seguramente la quieran volver a atacar, al parecer si era la protagonista de esta edición.
— Mia, se va con el papá hoy y las nenas se van a quedar con Walter.— decía Romina mientras leía su celular, ya se lo habían dado así que podía comunicarse tranquilamente.
Yo solo escuchaba, no sabía que aportar, me daba vergüenza decir algo y que no le causará gracia.
— ah... Walter me dijo que si querés podes quedarte acá, mañana es el cumple de Nina y las va a traer a las tres así pasamos su cumple acá, yo quería armar algo lindo pero bueno...— hizo una mueca de tristeza.
— Si, me quedo así mañana cuando vayas a los otros programas, las cuido acá... ¿Hoy vas a la gala?
— Si... Aunque la verdad no quiero pasarla como la noche anterior, la verdad que todo lo que dijeron de mi fue horrible y se que no es así.— se volvió a bajonear.
— Bueno, tranquila. ¿Si? Vos estás segura de quién sos y ellos no te van a poder bajar tan fácil.
— Tenes razón, siempre tenés la forma de tranquilizarme.— empezó a reír.
La noche llego, nos preparamos para la gala. Como la noche anterior, me quedé detrás de las cámaras, comenzaron a mostrar los casting de cada uno de los participantes, hasta que le tocó el grupo a Romina. Estaba hermosa, aunque pude notar algo raro, tenía un aspecto de tristeza, hasta se reflejaba en su mirada.
— ¿Puede ser que estabas triste? Noto a una mujer triste.— dijo Del Moro.
Romina comenzó hablar de su papá y luego salto con la separación de Walter, lo único que quería es que no mencioné que volverá a vivir con en el la nueva casa, podría traerle más de un problema.
El programas no fue tan evasivo, por lo menos el de hoy. Estábamos las dos en una esquina mientras esperábamos vaya a saber que, yo solo estaba esperando a Romina para irnos hasta que se acercó Alfa.
— ¿Quieren ir a tomar algo por ahí?.— nos preguntó a las dos.
— No se, Alfa. Mañana tengo que levantarme temprano...
— No sabía shomy, no sabía que te levantabas temprano.— dijo mientras se reía y la abrazaba.
— Bueno, pero una horita o dos, de verdad te digo.
Mientras alfa salió delante de nosotras Romina me miró y sonrió.
— ¿Querés que vayamos?.
— Por mí no hay problema.— sonreí aunque estaba preocupada porque mañana no llegue a levantarse.
Llegamos al bar, junto con alfa, san y otro chico más que tenían que acompañar a Romina para asesorarla, supongo.
Trate de no tomar nada de alcohol porque sabía que iba a tener que cuidarla, deje que se divirtiera y se relajara un poco.
Veía como reía, lo linda que se veía, era capaz de seguir adelante por más que todos quieran estar en contra de ella. Sabía como olvidarse de lo malo, me gustaba verla bien, sentía que no merecía nada de lo malo que le estaba pasando.
De a poco note que ya estaba media ebria, se podría decir que en pedo en otras palabras.
Alfa se ofreció a llevarnos y rápidamente subimos a la habitación, verdaderamente estaba en pedo, me puse a pensar que podría hacer y sabía bien que necesitaba una ducha fría.— Creo que... Estoy borracha.— me dijo riendo.
— Lo estas... Creo que te voy a tener que ayudar a meter en la ducha.
— ¿Con el agua fría? no por favor.— seguía riendo.
— Es de la única manera que se te va a ir, Ro.
Romina asintió, la mire y ella a mi, no sabía si dejarla sola o ayudarla o que, tenía unos nervios, no nos habíamos quedado solas nunca.
— Ay!.— se quejaba porque no tenía ni fuerza para sacarse la remera.
— ¿Te ayudo?.— le pregunté y ella asintió.— permiso.
— No hay drama, Jaz. Tenemos lo mismo.— me decía mientras se reía, efectivamente si tenemos lo mismo pero... Esto ya es otra cosa.
La ayude a sacarse la remera y luego el pantalón, deje que se metiera ella sola a la ducha, tampoco quería evadir de esa manera pero me quedé en el baño con ella, en caso de que se cayera del pedo que tenía.
Por suerte salió todo bien, aunque seguía mareada, la acompañe a la cama y se recostó.— Por fin...— suspiro.— creo que apoyo la cabeza en la almohada y ya estoy.
— Seguro que este pedo que te agarraste te va ayudar a dormir mejor.— me reí.
— Si!.— mientras de reía me dio un beso en la mano.— gracias por acompañarme, por ayudarme, por todo. Creo que me tendría que volver a casar y debería ser con vos.— se rio aún más y yo quedé completamente tiesa, estaba en mi gay awakening.
— Sos tremenda en pedo, Romina!.— me reí y la dejé que durmiera.
fue una noche rarísima, no era la primera vez que vi a Romina así, en la casa cuando le daban vino era igual, se chamuyaba a Marcos y decía cada cosa, me daba mucha gracias porque parecía que la pasaba bien.
— Buenas noches, Jaz!.
— Buenas noches, Ro.
Probablemente, mañana ni se acuerde de lo que dijo ni mucho menos que la vi en ropa interior...