Juicio de mi ser

Impremeditado

Cada día que paso es un día menos en el que contar contigo. Empiezo a experimentar como te enganchas en mis sábanas, como seduces mi almohada y te acabas metiendo en mi juicio. 

Cada jornada que pasa, siempre sales ganando y me levanto con esos huecos oscuros en mi semblante. Te empiezo a conocer, pero no te acabo de comprender. Necesito un respiro. Corres por mis venas cada crepúsculo ocupando mi sentido, pero no entiendo por qué estás aquí. Algo me tienes que declarar, haces que me vuelva paranoica y mis emociones se corrompen durante el día. 

Pasan muchas tinieblas, pero en ellas, hallazgo algo bueno en mí. La creatividad. 

Me voy averiguando, no obstante, sigues enganchado a mi lomo. Apareces en cuanto menos me lo espero, eres muy ingenioso. 

¿Cómo lo consigues?

¿Quieres acabar conmigo o son solo alucinaciones?

Conectas tan bien conmigo que te empiezo a desear. No quiero caer. No sé si mi individuo se está precipitando a la locura pero me está dando un placer. No te quiero nombrar durante el sol, sin embargo, ya se me nota un poco de delirio. Necesito un alivio. 

¿Por qué me siento adecuadamente si en verdad me estás enviando a la insania?

Te has hecho el cabecilla de mis sueños. Por más que lo intente remediar con alternativas, estás ahí. Haces que cada parte de mi cuerpo se vaya derrumbando y cambiando mi temperamento.  Mi sentido me lo dice cada amanecer, me exclama amparo. Provocas lavadoras en mi subconsciente. 

Y pensar que llegaste un día cualquiera, conquistando todo mi ser para apoderarte de mi identidad y convertirme en una persona absorbida por el sueño. Creo que me engendro demasiadas cuestiones, necesito destruirte.