La Orquidea: "Acuérdate de mí"

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La ultima practica había llegado, todos estábamos presentes excepto por Xenres y Valentino quienes no aparecieron durante toda la práctica, trate de preguntarles a Zac y su primo pero ninguno sabia de su paradero, eran las 3 de la tarde cuando dieron por terminadas las practicas. Me acerqué a Adrián que había permanecido callado todo el rato, su cara aun demostraba enojo después de lo que Valentino le había confesado acerca de Saúl y Ana.

— Con esa cara das mucho miedo. Aun tienes el enojo a todo lo que da. — Reí un poco para destensar la situación.

— Claro que aún estoy enojado. Valentino debió haberme dicho todo desde el primer momento, o incluso cuando descubrí la verdad... De haber intervenido Valentino, tal vez muchas cosas hubieran sido diferentes. — El rostro de Adrián se veía triste de un momento a otro y sabía que no estaba enojado con Valentino, si no era otra razón.

— Te peleaste con Teo ¿Cierto? —

— Nos dijimos cosas que ninguno quería decir. — Suspiró. — ¿Y qué sigues haciendo aquí pendejo? Anda, ve con él, arréglense y vuelvan a hacer mi pareja homosexual favorita que me causa dolor de cabeza. — Adrián me sonrió de repente poniendo una mano en mi hombro y mirándome con una expresión algo extraña.

— Gracias Rey, pero no te preocupes ahorita por nosotros, preocúpate ahorita por el pequeño gringo. Creo que ustedes deben de permanecer estos dos últimos días juntos. — Mi amigo solo me guiñó el ojo para después retirarse. Me quedé un poco pensativo con eso, yo quería pasar el tiempo con Zac pero teníamos dos inconvenientes con nombre y apellido.

— ¡Tlatoani! — Escuché detrás de mí viendo como de repente Javier se aventaba encima de mi espalda.

— ¡Felicidades por acabar el curso! —

— Gracias Princesa. Pero, ¿Crees que podrías bajarte de mi espalda? Pesas. — Dije algo tenso, pero solo recibí un golpe en la nuca por parte del otro.

— ¿Me estás diciendo gordo? — Gruñó.

— Por supuesto que no, mi ramita de nardo. Solo estoy tratando de decir que no soy tan fuerte como antes. —

— Oilo. Pero si mira estos musculotes que te cargas. Eres todo un adonis. — De repente las manos de Javi comenzaron a palpar mi bíceps y parte de mi torso provocándome una serie de cosquillas.

— Jajaja, ok, ok. Ya entendí el punto, que la fregada, nunca voy a poder contigo. — Me aparté de Javier mientras seguía riendo.

— Ya se, soy de peors. Pero dime, ¿Quieres que te ayude de nuevo? Tu shequeteto está afuera hablando con su primo. —

— ¿Eh? ¿Pero qué dices? —

— Oh vamos, no te hagas. Yo he visto como lo miras, y también observé tus celos cuando lo abracé. Es obvio que te gusta potrillo. — Sonriente Javier continuó molestándome mientras su codo golpeaba levemente mi brazo, comenzando a burlarse.

El Charro: "Pugna de Reyes"  (LGBT/Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora