Hablame - Kichan Pavón.

II

La "cita"

Lo único que pedía eran que las horas pasarán rápido.
Tengo que admitirlo, estaba actuando como una rapidita (admito que si lo era) pero eso no me importaba.
No todavía.

Apenas me llegó el mensaje de "paso a las ocho", procedí a hacer lo que toda mujer siempre hace, o por lo menos lo que siempre hice, que es poner al tanto a mi mejor amiga.

Esa demente me mando un audio, UN AUDIO, obvio no lo escuché, estaba por entrará a la clase, era casi suicida escuchar un audio de ella, después de decirle "hoy salgo con Cristian".
Cuando pareció tranquilizarse y dejar de cargar el chat de audios de no más de 3 segundos, los que para mi eran en su mayoría gritos, empezó a mandarme mensajes:

Zorra👑:《Putita!》
《Qué te vas a poner?》
《URGENTE!! necesito ver que tenemos》
《vos que preferis escote o minifalda? Xq no vas a poner toda la carne al asador》
《Beba tomaste la pastilla no?》

《Calmate un poco loca》
《Que clases de preguntas son esas?》
《No voy a cojer!》

Zorra👑:《te conozco!!》
《Es Pavón boluda!!》
《Quiero que esta noche me hagas tia😍😍》

《Te vas a la mierda》
《Te dejo, ya tengo q entrar》

Las clases fueron normales, ningún percance y nada muy interesante, lo que si se me hizo muy larga la espera hasta las cinco.

Cuando salí y vi el auto de Sabri, no me iba a sorprender si salía de el y armaba escándalo, no lo hizo y yo mentalmente agradecía a las estrellas ese regalo divino.

Entre al auto en silencio y ella me esperaba con una sonrisa.

—de nada— dijo y le sonreí.

—¿te dije alguna vez lo mucho que te amo gorda?— le dije y ella me dio un golpe porque le dije Gorda.

—Carolina, sos una pendeja forra, encima que hoy salis con el bombón de Pavón gracias a mi— dijo acomodando su pelo rubio.

—igual admití que te mandaste una cagada Sabrina— la miré de costado.

—está bien— admitió y empezó a manejar —no molestes más a la conductora por favor— dijo y yo reí.

Ya en casa, ella entro corriendo y yo pasé a mi habitación a dejar la mochila.

—che Sab— levante la voz cuando iba saliendo de la pieza.

—creo que no voy ir— dije cayendo en la realidad.
Estaba por salir con uno de las figuras de la Superliga y yo era una mina del montón. Además el seguro hacía el truco de la camiseta con tantas otras, me pego el bajón. Pero en enseguida aparecía en mi mente su mirada que me derretia, su corte de pelo perfecto y el uniforme deportivo que le quedaba pintado.

《Qué indecisa que sos piba! 》

Me decía a mi misma, por eso necesitaba hablarlo.

—Sabrina— grité cuando salía de mi pieza.

—pasa— me gritó.