Capítulo 1: Ellos

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Uno. Dos. Tres.
Cuatro. Cinco. Seis.
Tres patadas y tres golpes de puño.

Uno. Dos. Tres...
Alguien estaba parado justo detrás de mi y aunque no lo viera sabía que me estaba intentando hablar, lo ignore.
Uno, dos...puso una mano en mi saco ¿quién es este? Me saque un audífono y levante una ceja en su dirección, estaba casi segura que era el recepcionista

- oye, alguien te busca en recepción- encarné una ceja- dice que se llama Eliseo- oh mierda. me quite los guantes de boxeo y me encaminé a la recepción del gimnasio

- Queridísima Leslie- me saludó

- Eliseo- lo salude de vuelta- ¿Que quiere tu jefe ahora?- Tal y como me dijo el chico; Eliseo estaba parado justo a mitad de la recepción, simplemente era otro peón de la mafia de Mark al cual le había hecho un par de favores de los cuales ahora que me acordaba, aún me debía.

- Me mandó advertirte castaña, un tipo te anda buscando, muévete rápido a estado arrasando Todo y a todos al saber de tu existencia- Me miro con rudeza y yo le di la mano

- Dile que gracias por el aviso, pero - le apreté la mano hasta que se doblará de dolor- que esto no cubre ni la mitad de lo que me debe- me di media vuelta y volví al lugar donde estaba el recepcionista, el chico me pasó los guantes que había dejado en el piso y yo seguí en lo mío.

Había estado tres horas en el gimnasio y me seguían pareciendo pocas, cuando tienes mucha energía es difícil deshacerte de ella. Pensé en lo que me había dicho Eliseo y decidí que ya había pasado demasiado tiempo en ese pueblo, por qué, seis meses es mucho ¿no?

Llegue a mi departamento que estaba un poco alejado de la ciudad, el ser una mujer loba criada fuera de tu manada, te hace querer estar sola la mayoría del tiempo.
Apenas puse un pie en mi edificio supe que algo estaba raro, Mario, el portero, no estaba con su típica sonrisa esperando a la gente como siempre solía hacerlo y habían olores confusos en el ambiente.
Abrí rápidamente el bolso y de el saque una pistola cargada con balas de plata, a penas la sentí en mis dedos subí corriendo las escaleras. el ascensor era demasiado peligroso. Llegue a mi piso y salí cuidadosamente de las escaleras, la puerta estaba arañada y frente a ella había dos chicos; un adolescente (por su olor supe que era lobo) y otro pequeño, no tendrían más de dieciséis y siete años. Me permití desconfiar completamente. El Niño pequeño  se dio vuelta de un salto al sentir mis pisadas y comenzó a llorar y a temblar completamente mientras que el más grande me miraba con desconfianza y un poco de miedo. Aún no confío. El Mas grande tenía un ojo morado y la ceja partida, mientras el más pequeño tenía un moretón en la cara y unos rasguños, ambos tenían la ropa rota y sucia, ¿quienes rayos eran?

-cuidado - pronunció el más pequeño con sus ojos inyectados en terror mirando detrás de mi, me agaché rápidamente y el hombre que me había intentado cortar la garganta casi cayó al piso, lo mire fijamente, lo conocía, el muy imbecil me había intentado hacer lo mismo antes.

Uno, dos, tres golpes y una bala en el muslo después, estaba amarrando al sujeto a una silla de mi comedor mientras El joven que se llama Kalev, buscaba algo de comer en la cocina y el más pequeño que se llamaba Dante veía televisión en el cuarto de invitados

- Que mierda estás haciendo aquí de nuevo- le exigí saber, el solo sonrió y yo le clavé una daga de plata en el otro muslo- coopera-

- James me mando- soltó una risa desagradable justo en el momento que le di vuelta a la daga lentamente mientras el gritaba de dolor, sentí la risa de Kalev detrás de mi- está bien, está bien, sabe quién y qué eres- santa mierda, lo único que me faltaba, tener que ir a dejar en su lugar a un lobito con delirios de poder, absolutamente genial.

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⏰ Última actualización: Apr 10 ⏰

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