té con gotitas de limón

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renueva el espíritu


-Lamento el desorden, nos mudamos hace ya dos meses y todavía no desempacamos todo. Lo haríamos, pero mi papá llega cansado del trabajo y yo soy demasiado floja ¿Quieres beber algo?-Amèlie sonrió mientras guiaba a Atenea por su casa. Habían estado haciendo un trabajo de química en la biblioteca cuando Lie se había acordado que debía alimentar a su erizo.

-Agua estaría bien. Tienes una linda casa-la casa de Amelie era pequeña, pero ella y su padre no necesitaban más, tenían cuadros colgados y puestos al lado del televisor, unos diplomas y premios adornaban una pared cercana, Atenea sonrió al ver que en una foto su amiga sonreía sin un diente.

-Se vería más linda limpia, pero no soy una amante de ordenar y todo eso. Deberíamos contratar a alguien que nos haga la limpieza algunas veces a la semana-le entrgó su vaso con agua y una pequeña sombrilla decorándolo-. Anotaré eso, mi habitación está arriba, ve si quieres, yo llamaré a mi papá para avisarle que estoy en casa y subo-le dió una pequeña sonrisa antes de sacar su teléfono.

La habitación de Amélie era pequeña, las paredes color mostaza y una cama individual apegada a la ventana, tenía una pequeña mesita de noche y un closet, también había una jaula más o menos mediana, sonrió y supuso que ahí debía estar su mascota, no había dejado de hablar de ella en todo el camino a casa. Atenea solo podía sonreír de la ternura y aguantarse las ganas que tenía de tomarle la mano.

-Veo que ya conociste al erizo más perezoso del mundo-la castaña abrió la jaula y sacó un pequeño bulto del porte de una pelota de tenis.

-No deberías esconder tus rizos, son demasiado lindos-habló la rubia después de darse cuenta que la castaña había tomado su cabello y hecho un rodete, dejando solo unas peqeuñasondas caer en su nuca.

-No me gustan, creo que es una de las cosas que más  odio-murmuró sonrojada y enfocándose en darle comida a Reggie.

-La primera vez que te vi me recordaron a esas damas inglesas de la alta sociedad, ya sabes. Yo desearía tener algo de volumen en mi cabello, pero es solo algo aplastado y demasiado lacio ¿sabes lo que batallaba mi mamá para peinarme cuando era pequeña? Me dejó severos traumas-sonrió al escuchar la risa de su amiga.

-Me molestaban mucho cuando pequeña por esto, me decían cosas como cabeza de resortes u otras que no puedo recordar, ahora son una tontería, pero en ese momento lloraba por tener mi cabello así.

-¿Por eso no te gusta? Tengo ganas de golpearte, porque tu cabello es maravilloso.

-En realidad no me gusta porque me recuerda a mi madre-Atenea se quedó callada, había tocado una vena sensible y ella no era la persona más cómoda como para estas cosas.

-Si te sirve de consuelo, yo heredé el olor a pies de mi padre y es una mierda, porque se fue cuando tenía siete años y me dejó con su estúpida herencia-Amelie rió y la ojiazul suspiró complacida.

Pasaron toda la tarde hablando de cosas banales e intentando avanzar en el trabajo de química.

soy una tonta uwu pq se me olvida que se narra en rpimera persona, asuman que esto tiene multiplicidad de voces, adios unu

té y caféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora