Tomoyo
Todo comenzó esa primavera que regrese Japón, por fin concluía mis estudios de medico forense en Estados Unidos, apenas fue la graduación, tome mis maletas y volví a mi país natal, la casa que tanto extrañaba. Encontré trabajo en la estación de policía de Akihabara, gracias a mis calificaciones, me aceptaron casi de inmediato, me contrataron 3 días después de que llegué.Busque un apartamento, ya que mi padre había perdido la casa de mis abuelos, no tenia lugar a donde llegar exactamente pero sabia que encontraría donde quedarme, encontré un apartamento cerca de la estación era bastante amplio para la zona y un poco costoso pero lo alquilé de igual manera.A la mañana siguiente, voy reportarme al comandante para comenzar con mis labores y así doy por iniciada mi vida laboral.Caminamos por el departamento de Análisis cuando de repente choco con alguien, un hombre, su golpe es duro por que me derrama un poco de té de jazmín en el hombro, lo sé por el aroma, no se dio cuenta. Por su cara se ve que no ha dormido en días ,me limpio con un pañuelo mientras me dirigí a mi laboratorio, era enorme ya estaban los estantes, los ácidos, la mesa, instrumentos, todo, solo faltaba mi computadora, le eche un vistazo rápido y le dije adiós al comandante, el cerro la puerta, apenas escuche pasos, comencé a correr por el laboratorio, en serio es enorme, me encanta, abro los brazos y doy un par de vueltas por el lugar igual a una niña pequeña, me puedo acostumbrar a esto, esto es lo que siempre quise, lo que mi madre siempre quiso. El día entero me la pase ordenando todo como a mi me gustaba, o mas bien a como me acostumbre a tenerlo en Estados Unidos. A la mañana siguiente llevo mi laptop en las manos, al doblar la esquina hacia mi laboratorio veo a el Comandante y al hombre que ayer choco conmigo, no lo vi muy bien ayer, pero ahora que ya no esta encorvado, puedo ver que es bastante alto, saludo y prosigo con mi camino hasta que...
-Sazumi, buenos días – dice tomándome el brazo.
-Buenos días, comandante – Volteo a verle la cara, pero no volteo a ver al hombre sombrío a su lado-
-Te quiero presentar a tu compañero...-*genial*-Akihiko Tomoheda
-Mucho gusto –dice el hombre serio, como si no recordará lo de ayer, su voz un poco ronca pero suave a la vez, me gusta un poco.
-Igualmente, Tomoyo Sazumi- digo, el Comandante dice algo pero no lo escucho por que siento la mirada del detective justo sobre mi, cuando me dispongo a acercarme a mi laboratorio veo que aquel hombre no se ha ido ¿que quiere?
-Disculpe Detective pero ¿puedo ayudarlo en algo? -le debo hablar con respeto, básicamente por que es mi superior.
-Quiero ver tu laboratorio ¿si no te importa?-revela mientras enciende un cigarro, viéndome fijamente a los ojos.
-Ah si claro, no hay problema– me acerco a la puerta, inserto mis llaves y mientras las giro puedo sentir esos ojos clavados en mi, dios, me causa escalofrío...
Entro primero y sostengo la puerta para que el Detective entre, él con cigarro en los labios, ve alrededor, y con una fuerte inhalada al cigarro se dirige a mi, son...¿sonriente?
-Qué suerte tienen ustedes los forenses les dan espacio para pensar mientras nosotros tenemos un despacho más pequeño que mi departamento ja...nos vemos lindura, suerte y bienvenida a la Estación Akihabara- dice y comienza a salir dejando a su paso un olor horrible a cigarro. Veo como se va de mi laboratorio y me pregunto ¿que rayos acaba de decirme? Suponía que al llegar uno o dos detectives se iban a querer aprovechar de mi, sabiendo que yo soy una aprendiz además a los hombre les llama mucho la atención mi físico, ya que gracias a mi madre soy curvilinea, todos quieren acercarse a tocarme o a molestarme, pero el no, da igual, debe de estar casado o al menos debe de tener novia, dudo que con esa cara no tenga a mas de una ha sus pies, cierro la puerta y olvido lo sucedió, pero de extraño no pasa. Algo que no pude evitar ver fue el color de sus ojos, ayer no los pude ver por lo rápido que paso a lado mío, pero hace rato vi sus ojos, el color de sus ojos, es uy raro que aquí en Japón alguien tenga los ojos color miel, la mayoría los tenemos café, casi no cambia. Saco de mi cabeza esos pensamientos y me dirijo a mi escritorio.
Ah puedo ver gran parte de la ciudad gracias al ventanal enorme que hay aquí, pero ¿por qué un ventanal en un laboratorio forense? Oh cierto, el comandante me dijo que accionara los botones que hay cerca de la puerta , me pongo de pie y corro hacia ellos, uno tiene una flecha hacia abajo, otro tiene igual una flecha pero hacia arriba, y el otro es uno doble, tiene un candado abierto y otro cerrado. Presiono el de la flecha de arriba y solo escucho un golpe, lo ignoro y presiono el de la flecha hacia abajo, suena un estruendo, y doy un brinco por ver lo que pasa, wow hay una cortina de seguridad, debe de ser para que los olores fuertes de los ácidos o algo que desprenda el cuerpo no salga de aquí, también me oculta junto con todo y mi mesa de trabajo, vaya que tecnológico. Me imagino que el candado es para asegurarlo y para abrirlo también, sonrío al ver como vuelve a subir y comienzo a ir hacia mi escritorio, creo que compraré una radio o una bocina, así podré poner música mientras trabajo o cosas así, vaya esto en serio me gusta, me voy a esmerar mucho para que no me traigan de su comidilla, si lo hacen no saben con quien se están metiendo. Abro mi laptop y la enciendo, pongo mi contraseña y en cuanto veo la pantalla brillar se me quita la sonrisa que había formado la cortina de seguridad, veo una foto que tal vez debería de haber quitado hace muchísimo tiempo, ¿ya son 2 años no? debería de quitarla pero, es que esa foto fue la ultima que nos tomamos antes de que el se fuera de Estados Unidos, se que yo no fui tras de él pero, yo no iba a abandonar mi carrera, ni por el, ni por nadie. Una pareja debe de apoyarse, tanto en el ámbito personal como en el académico, el debería de haberse alegrado cuando le dije lo de la beca, nos ahorraríamos mucho dinero gracias a ella, pero el ¿no tolero verme crecer...? Rápidamente entro a ajustes y cambio la foto por un fondo de color solido, un verde pastel, tomo la pantalla y la bajo para que se suspenda, lo siento Keitah, se acabo.
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Tomoyo Sazumi.
Short StoryLa vida de una recién egresada estudiante de Ciencias Forenses cambia cuando regresa a Japón, donde conoce a cierta persona por derramarle un poco de té...