Desde su llegada a la emblemática, pero a su vez, reconocida capital de Legizamon, no han podido evitar notar que el ambiente se tornaba algo nefasto, no porque fuera irrespirable, sino por el reciente e incómodo encuentro con el zorro mágico, cuestión que Iris aún no dejaba atrás a excepción de sus demás compañeros, quienes desecharon dicho hecho como si nada. A todo esto, luego de haber traspasado la entrada, el pequeño grupo se internó a aquel enorme palacio conformado por un millar de habitaciones, y que ocupaba todo aquel vasto territorio, y dado lo ya descrito, era obvio que los negocios de éste mismo se encontraban también dentro del sobrecogedor edificio.
—¡Es enorme! —mencionó asombrado el morocho en lo que elevaba su cabeza para ver el techo de la increíble estructura.
—Yo tampoco había venido aquí antes, para serles sincera —informó Iris, quien buscaba disimular aún su tristeza. Sin embargo, no podía evitar recordar aquellos orbes azules con los que se había topado anteriormente.
—Bájame aquí Alik —le ordenó de repente la princesa.
—¿Por qué? Aún no puedes caminar —le mencionó el chico preocupado; la orden imprudente de la princesa, no tuvo explicación hasta que un muchacho de cabellos carmín y un tanto alborotados, dio a conocer su presencia vistiendo un top negro que dejaba ver sus bien formados abdominales, incluyendo así en la formula los brazos del joven que estaban igualmente expuestos con una liga sosa de cada lado, mientras que, en su parte inferior, calzaba unos ajustados jeans crema.
—Sean bienvenidos... a la capital de Legizamon —anunció el nuevo personaje.
—La respuesta vino sola —mencionó con una sonrisa Léa, y entonces fue cuando Alik cayó en la cuenta cuando aquel ser se presentó. De igual forma, no pudo evitar toparse con la sorpresa, pero no solo a él le sobrevino tal sentimiento, sino que igualmente le pasó lo mismo a su compañera, ya que ninguno de los dos había notado la presencia de tal sujeto hasta ese momento. Después de que la ligera impresión desapareciera como vino, él bajó a su ama—. Yo soy la princesa Léa Milenios, y actualmente me encuentro en un viaje con mis dos catalizadores: Alik Reverse e Iris Lux —ambos bajaron la cabeza en señal de respeto al ser mencionados por ella.
—¿Reverse? ¿Esa familia de fracasados? —preguntó extrañado, y luego el chico desconocido rio, lo cual encendió la molestia del miembro de la estirpe mencionada. Sin embargo, Iris colocó su mano sobre el brazo de su compañero, quien hizo el ademan de que iba a violentarlo, y en cuanto éste notó el gesto de su compañera, ella le negó con su cabeza, de ahí que Alik miró con resignación al tipo, dejando así a un lado la situación... aunque le pesara—. Cambiando de tema. ¿En verdad eres de la familia Milenios? ¿Aquella de la que se rumorea que ha logrado manejar el báculo de Sir Syrkei? —se acercó invadiendo su espacio personal—. Para serte sincero, no me la creo —declaró con una aterradora y desconfiada sonrisa.
—Ah —suspiró pesadamente Léa, quien no se dejó intimidar por el sujeto. Fue entonces que ella sacó una uña de guitarra hecha de cristal, en donde estaba grabado el símbolo real—. Esto es prueba más que suficiente —el pelirrojo al ver aquel signo, parpadeó unas cuantas veces, para luego volver a su original distancia.
—Así que es verdad... —mencionó con desgane y un poco menos irónico que antes—. ¿Y bien? ¿Qué los trae a la capital?
—Estamos buscando a algún guía para saber hacia dónde debemos dirigirnos, y creo que es este el lugar indicado para empezar, así como lo han pensado mis anteriores generaciones —notificó la rubia.
—Lamento informarte que has elegido un camino errado —le anunció a la futura reina, y luego, se frotó un poco sus rojillos cabellos—. ¿Acaso no han escuchado los rumores? Todos los zorros están ahora encarcelados, tanto en el exterior como en el interior, además, aquí casi no hay de esos seres.
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Note Max ©
FantasyLas estrellas explotan en nubes de colores, los pueblerinos están ansiosos por escuchar nuevas voces, y el esplendoroso reino de Shion está listo para el encuentro con la Nota Vanguardista. Miles de catalizadores se presentaran en la reencarnada ge...