Quiero Que Me Quieran [CL #1]

13 | Bella Como Sirena

Luego de despedirme de Gloria, Wendy tiró de mi brazo y me llevó a su coche. Allí tenía preparado un bolso con un ceñido vestido negro y unos zapatos, además de una bolsa de maquillaje para mí. Era bueno tener una hermana que tuviera mi mismo talle.

Me cambié con dificultad en el asiento trasero, mientras Wendy conducía y me hablaba un poco sobre sus amigos.

—Descuida. En ningún momento te dejaré sola.

Y esperaba que cumpliera su promesa, ya que no estaba de humor para socializar mucho.

—Pero sólo será una hora. Nada más —aclaré, pasándome al asiento del copiloto.

—Cuatro.

—Dos.

—¡Hecho!

Poco después, Wendy detuvo el coche frente a un edificio de departamentos. Entramos y subimos en el ascensor hasta el último piso, en la terraza, mientras yo me movía nerviosa.

Al salir, el lugar era hermoso. Muchas plantas y luces navideñas blancas decoraban el lugar. A un lado, había una gran mesa repleta de bocadillos, y al lado de ella, había pequeños refrigeradores que contenían latas de cerezas y hielos. Al fondo, se encontraba un pequeño escenario improvisado con una banda tocando sus instrumentos. Era un hermoso lugar con poco más de sesenta personas.

Wendy se dirigió a un grupo de nueve chicos, supuse que eran su grupo de amigos, mientras yo la seguía a prisa para no perderme.

Después de que conversarán un momento entre ellos, Wendy recordó mi presencia.

—Chicos. Ella es mi hermana, Serena. Ya la habían visto en la boda. Fue mi dama de honor.

—Claro ¡La recordamos! —exclamó una de las chicas mientras me saludaba, al igual que todos los amigos de Wendy.

—Úrsula, ¡Ven aquí! —Mi hermana gritó al fondo de todos. Una chica baja con el cabello castaño se acercó lentamente.

—Hola Urs... —Al saludarla, me detuve al notar que la chica no extendía la mano para corresponderme. Es más, no hacía ni decía nada. Estaba paralizada.

—¿Úrsula? —habló Wendy—. ¿Estas bien?

Pero Úrsula no le contestó al instante. Y luego negó con la cabeza mientras intentaba responder.

—¿Se conocen? —preguntó Wendy—. Oh, claro que se conocen. Se habrán visto en la boda.

—La boda.. ¿Ella? ¿Ella estuvo en la boda? —pregunté.

—Claro, es mi mejor amiga. Era una de mis madrinas. Estuvo al lado tuyo tontita. Lo habrías notado si prestarás más atención.

—¡No! —exclamé asustada y todos me observaron en silencio.

—¿Qué ocurre? —preguntó mi hermana

_Nada. Es solo que... No la reconocí. —Reí falsamente, mientras Úrsula comenzaba a recapacitar.

—Hola, me llamó Úrsula.

—Si, lo sé. Y yo soy Serena.

—Bueno, ya que se presentaron todos. ¿Que les parece si vamos a tomar algo?

La propuesta de uno de los chicos fue bien recibida por el resto del grupo, salvo por mí que no me encontraba ansiosa, y por Úrsula, que aún no recapacitaba del todo.

De igual forma, fuimos con el grupo alrededor de la mesa y buscamos unos bocadillos y unas latas de cerveza, pero yo tomé una Coca-Cola, mientras el resto ordenaba pizzas.