¡Hola bebés! Aquí estoy y les dejo este corto OS Feligette.
Va dedicado para ti, princesa❤️ KalpanaRSaotome
Espero que les guste❤️😍
¡A leer!
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•Tantas palabras absurdas, de sobra. No se necesitan para entender al humano.
O eso era lo que pensaba Bridgette.
Todos dicen "Las miradas dicen más que mil palabras" y vaya que era cierto para Bridgette.
Y el claro ejemplo de ello era Félix Agreste.
La persona más fría, reservada y cruel que podía haber.
Pero... Si era el "hombre de hielo" ¿por que encontraba tanta calidez en su mirada? ¿Tanta calidez en los latidos de su corazón cada vez que intencionalmente se apegaba a su cuerpo?
¿Que eres Félix? ¿Un hombre de hielo? ¿O un hombre de ardiente corazón pero frío porte?
Lo que siempre se dice.
La boca dice una cosa
Y los ojos dicen otra.
Félix Agreste... Si tus ojos no reflejarán tanto tus sentimientos, probablemente te hubieras librado de tu acosadora favorita.
- Bridgette... Déjame en paz ¿acaso no entiendes que no te quiero cerca? -le preguntó intentando irse lejos de ella.
- ¿Y tú no entiendes que quiero estar cerca de ti? -preguntó ahora ella con confianza, siguiéndolo e intentando mirar sus ojos, los cuales evitaban su mirada en todo momento, queriendo ocultar sus emociones.
- Pues piérdete, no me interesas. -contestó cortante.
- Félix. -lo llamó dolida, sujetándolo del brazo y deteniéndolo. - ¿Por que eres así conmigo? -
- Porque si. -la observó con frialdad. - ¿Acaso no lo entiendes aún? Yo soy así. -levantó su mentón, altanero. - Nadie puede cambiarme, ya deberías saberlo, no me gusta el cariño, no me gusta darlo ni que me lo den, me da igual, me irrita, lo odio. -gruñó frunciendo el ceño, mientras que el grisáceo de su mirada hacía notar una gran tristeza, que Bridgette pudo notar. - No me gustan las cosas dulces, me gustan amargas, no me gusta el verano, me gusta el invierno. -siguió con sus confesiones, observándola con seriedad. - Te odio a ti y a todo el mundo, nadie sirve de nada y lo único que hacen es buscar desesperadamente amor. -dedució convencido de aquello, y Bridgette pudo notar nuevamente una mentira, puras mentiras salían de los labios de Félix y sus ojos lo delataban. - Me gusta tratar mal a las personas y que se alejen de mí, me gusta la soledad... ¿es tan difícil entenderlo? -preguntó irritado. Y otra vez... Mentiras y más mentiras... Sabía que Félix no quería estar solo, es más... Se atrevía a decir que era su peor miedo terminar en soledad, esa tristeza que sus ojos emanaban era la prueba de ella.
Esa calidez que el brillo de esas gemas grisáceas tenía decía "¡Hey! ¡Mírenme! Tengo mucho amor para dar y mucho para recibir... Necesito amor. Quiero amor"
Eso era lo que en realidad Félix Agreste sentía, odiaba su soledad y odiaba sobremanera odiar su soledad.
Qué ironía, tantos libros que leía... Terminaron convirtiéndolo en un libro abierto para Bridgette.
"No quiero estar solo. Ayúdame. Ámame. Mírame." Sus ojos estaban llenos de súplicas, y no podía evitar no acudir a ellas.
- Ámame o ódiame Bridgette... Cualquiera que sea tu decisión no me importa, eres irrelevante para mi. -se encogió de hombros, sin despegar la mirada de ella.
Y nuevamente, sus ojos decían lo que sentía.
Por lo cual, la hermosa azabache sonrió de manera radiante, observándolo con amor y compasión.
- Elijo amarte, Félix Agreste. -contestó finalmente, mirando triunfante como el joven abría los ojos desmesuradamente y se sonrojaba.
¿Que habían dicho sus ojos? Fácil... Decían o mejor dicho... Suplicaban; "Ámame Bridgette, no me odies, no me dejes, no quiero estar solo"
Si tan solo sus ojos no fueran tan demostrativos... Se hubiera alejado.
Pero no podía, no cuando el amor de su vida pedía desesperadamente un poco de cariño, dulzura y calidez.
Félix Agreste definitivamente jamás dejaría de atormentarla.
Ahora sabía perfectamente que aquella faceta de "hombre de hielo" escondía el corazón tierno y cálido de un adolescente con amor de sobra para dar.
Y ella se encargaría de recibirlo todo y darle todo su amor.
- Cometes un grave error. -intentó mostrarse tranquilo, cuando podía ver claramente como sus ojos se cristalizaban. - La amargura es lo único qué hay en mi. Así que mira para otro lado. -exigió.
"Quiébrate para mi... Félix" pensó ella, añorando ser empapada con las lagrimas de aquel joven tan melancólico.
- Y la dulzura es lo único qué hay en mi. -sonrió con ternura, observando al hermoso y elegante rubio. - Pero... A veces pienso que necesito un poco de amargura, así como tú necesitas un poco de dulzor. -
"Aunque ya lo tienes" pensó sintiendo su corazón acelerarse.
Quería darle todo de ella, y también quería que él le diera todo lo que tenía oculto y resguardado en su corazón.
Oculto y encerrado en una caja con triple cerradura. Así estaba el corazón del joven, y por primera vez, sintió como pudo abrir la primera cerradura al ver una muy pero muy leve sonrisa en la comisura de los labios del joven.
- Como quieras. -contestó finalmente el joven de ojos demostrativos y súplicas escondidas.
Porque eso era el joven.
Un montón de súplicas silenciosas.
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•Yyyyyyyyyy ¡CORTEN!
Espero que les haya gustado o al menos entretenido y que este OS les haya llegado a su corazoncito.
Ojalá te haya gustado Princesa Kali😍 te loveo musho💕❤️
Pd: Amo a Félix.
Sin nada más que decir, ¡nos leeremos luego!
❤️ Un beso y abrazo ❤️
- Mica
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Supplications silencieuses
RomanceLo que siempre se dice. La boca dice una cosa Y los ojos dicen otra. Félix Agreste... Si tus ojos no reflejarán tanto tus sentimientos, probablemente te hubieras librado de tu acosadora favorita.