CANDELARIA

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-Wero, werito-

-Qué pasa niña-

-Ven acá arriba te voy a enseñar algo-

Le estira la mano para que la tome, el la acepta y con un poco de fuerza logra jalarlo hacia arriba.

-Ah, ya está. Ves? No era tan difícil-

-Victoriano escalamos una montaña empinada y casi nos caemos 5 veces para morir-

-Ay no seas payaso-

-No lo soy. Que.. Estás loca? Por qué me trajiste hasta acá-

-Necesitaba hacer esto, ademas trajimos la comida-

-Si la comida son esos cactus que tienen espinas y hongos llenos de tierra-

-Si, si lo es. Mira hay una razón-

-Cuál-

-Vinimos aquí porque acuérdate que hace tiempo sembramos maíz-

-Si y?-

-Pues por las épocas no sé pudo dar-

-En serio?-

-Si, por eso ora este tiempo que estuviste trabajando, tuve que limpiar y sembrar otra ves, sino no se daban-

-Por qué no me avisaste? Pude ayudarte-

-Porque no tenías tiempo mijo-Además, estabas muy ocupado para otras cosas, pero esta bien. Ahora solo venimos a checar que todo ande de 10-

-No me gusta que hagas cosas sola en las que pude echarte una mano-

-Pero ya pasó, esta bien?-No te enojes-

Puso sus dos manos en su mejilla, con su pulgar limpió pasó su dedo entre la comisura de sus labios. Además de saliva para limpiar el resto de polvo que se encontraba.

El muchacho adoraba ese gesto como nadie, era el cariño que mostraba, uno de sus favoritos, incluso también el mas fuerte, era el que representaba sus sentimientos.

-Está bien, solo avísame para la próxima, quieres?-

-Lo haré-

Dejó de mirarlo para agarrar una navaja y empezar a cortar pedazos de la gran planta que yacía cerca suyo.

El sé extrañó. No sabía que tipo de planta era, ni el porqué la cortaba. Pero no diría nada, mas allá de eso también era dar de que juntaran varias cactus y hongos.

Cuando vio que en lo mas profundo de la gruesa planta, yacía un penca. Ella empezó a tallar varias letras sobre el hueso.

-Qué se supone que haces?-

-Es tu nombre ves?-

-Aja-

-Y lo puse junto al mío-

-Si?-

-Y pues es nuestra señal de cariño-

Ahora comprendía todo. El no tenía idea de que se trataba una de esas señales que se pone en los árboles, sobre los típicos enamorados.

Pero para darle más estilo, cuando ella acabó le quitó la navaja y ahora él es que estaba tallando. Para terminar con una flecha y un pequeño corazón al lado.

Ese simple dibujo la hizo sonreír, cuando lo vio, le sonrió mucho más, pero él seguía igual de serio.

-Qué?-

MEXICAN TASTE ® (D.D.) COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora