Capítulo I - The Dove.

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  • Dedicado a mi mejor amiga
                                    

Si escuchaba a alguien más hablar sobre Alexis, tendría que romper algo.

Estaba realmente cansada de que los estúpidos gilipollas de la universidad se acercaran a mi porque estaban calientes con mi hermana. Quiero decir, ¿qué demonios? Solo es una cabeza rubia con un buen culo y par de tetas, vamos.

Me puse mi top de encaje negro, un pantalón de cuero negro y apliqué una capa de rímel y brillo de labios luego de armar un moño desarreglado con mis ondas chocolate.

The Dove estaba a unos buenos diez kilómetros de mi apartamento, pero sin embargo llegué antes de lo habitual y me puse a limpiar la barra. Ser barman y a la vez niñera consumía una gran cantidad de mi tiempo y nunca tenía noches ni tardes libres.

Dos manos me rodearon la cadera y Sam apoyó su barbilla en mi hombro. Él era apuesto con su metro ochenta y cinco de altura, pelo castaño, ojos color miel y puros músculos sin llegar a ser grotesco.

Era el sueño americano de toda chica.

Di media vuelta y rodeé su cuello con mis brazos mientras me acercaba para darle un beso en la comisura de su boca pero parecía que Sam tenía otros planes y volteó la cara, provocando que mis labios chocaran con los suyos. No me aparté.

-Hmmm...fresa-dijo mordisqueando mi labio-creo que este es mi favorito.

-Dices eso de todos mis labiales.-repliqué riendo.

-¡Es que todos son deliciosos!-contestó mientras me abrazaba. Puse mis ojos en blanco y me di la vuelta para seguir limpiando la barra.

Calvin, Sheera, Jesse y Lori entraron riendo al bar mientras comentaban algo sobre la pelea que hubo anoche.

Maldición.

Al parecer, Gabe, el nuevo juguete sexual de Alexis, había venido a The Dove buscando a su hermana hasta que vio a Thomas, ex novio de mi hermana, metiendo la lengua en la garganta de Coral en contra de su voluntad.

Todo un desastre.

Jesse y Sam detuvieron la pelea entre los dos y se encargaron de que la chica llegara sana a su casa.

Ser seguridad en un bar no era nada sencillo. Había pocas peleas, pero casi siempre había un chico pasado de copas queriendo propasarse con alguna chica menor de edad con un carnet falso. Sam siempre podía mantener el bar controlado cuando se encontraba con Jesse, ya que el rubio de ojos verdes también era musculoso como él, pero en las noches en las cuales solo había un guardia, las cosas se ponían complicadas y Calvin cada vez estaba más preocupado.

-¿Qué les parece si contratamos a alguien más para que se ocupe de seguridad cuando uno de los chicos tiene noche libre? Así siempre habría dos guardias y las cosas serían más sencillas.-sugirió Sheera mientras mordisqueaba sus uñas.

-Creo que es una buena idea-respondió Sam-sinceramente, se nos está yendo un poco de las manos, Calvin. No nos vendría nada mal un poco de ayuda.

Todos parecían considerar la idea. Diablos, hasta yo lo hacía. No quería quedarme sin trabajo por alguna denuncia en contra de The Dove; amaba este lugar.

-Un chico bastante interesante vino a pedir empleo en la barra y dije que lo consideraría-dijo Calvin tomando su teléfono celular- pero creo que sería mejor que se encargue de seguridad junto con Sam y Jess esta noche. Iré a llamarlo.

Calvin se llevó el teléfono al oído mientras salía del bar.

-Bueno, eso ha sido fácil, creo que consideraré pedirle un aumento-bromeé mientras miraba a Sam. Calvin no era fanático de la idea de contratar más del personal necesario y siempre rechazaba la idea de incluir a alguien más en el equipo, así que consideraba a esta una situación extrema.

Despertar (Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora