Me pare ante la casa en la que vivía mi hermano y contemple el gran edificio, imponente. Me quede realmente impresionada de lo bonito y grande que era. Llamé al telefonillo y, tras unos segundos, una voz muy suave me dijo:
- ¿Quien es?
- Hola... - comencé , tímidamente. - vengo buscando a mi hermano. - tras unos segundos de incomodo silencio, me di cuenta de que el desconocido no me conocía y, por tanto, no sabía quien era mi hermano; así que aclaré: - Se llama Jace, ¿sabe donde esta?
Me sentía aterrada. La idea de reencontrarme con Jace hacía que mis ojos se nublarán y todos mis pensamientos desaparecieran de repente, todos excepto uno: mi hermano. Pensar en lo cambiado que podía estar me abrumaba. ¿Y si se había teñido el pelo de negro? ¿O tatuado todo un brazo ?
- Si, pasa - dijo la suave voz, sacándome de mis fantasías, mientras la puerta se abría lentamente.
Subí unas escaleras y encontré el ascensor que me llevo al piso donde vivía Jace. Al llegar al sexto me impresiono que solo hubiera una puerta: cada piso tenía que ser inmenso.
Tímidamente, levanto una mano y llamo a la puerta. Segundos después, esta se abrió, dejando me ver a un chico de apariencia bastante formal.
- Jace esta en el trabajo, pero vendrá en un rato, pasa - hizo un gesto con la mano, invitándome a entrar en el piso. Tras hacerlo, la puerta se cerró tras de mi - Dime, ¿Que te trae por aquí?
Suspiré, recordando el motivo por el cual me encontraba allí.
- Lo mismo que ha mi hermano: mis padres. Me queda un día para cumplir los dieciocho y eso quiere decir que tengo libertad, y lo primero que pensé al ver la nota que me dejo Jace con esta dirección fue venirme con él. - le miré, interrogante. - ¿Tu eres un amigo suyo?
- No, soy un chico normal con bastante dinero que quiere ayudar a gente que realmente lo necesita, chavales con problemas... - tras un eterno silencio, añadió: - tengo una habitación libre por si deseas quedarte, pero la gente que vive aquí me tiene que dar una explicación de por qué debería dejarles vivir aquí, y convencerme. - sus ojos me miraron con un brillo interrogante.
Me aclaré la garganta antes de comenzar a explicarle:
- Yo realmente no tengo ningún motivo . Si no me dejas quedarme esperaré hasta que vea a mi hermano y, después de hacerlo, cogeré un billete de tren y volveré a esa ese ¿Hogar? - dije, recordando las palabras de Jace en la nota que me dejo. Le mire a los ojos, deseando con toda mi alma que me dejara quedarme. - Tu decides.
Quizá fue un poco atrevido, o quizá un poco insustancial... no tengo ni idea de cual fue la primera impresión que le cause al chico. Se quedó mirando me unos segundos que parecieron horas. Una sonrisa iluminó su rostro.
- Tu hermano me dijo lo mismo.
- ¿Y porqué decidiste dejarlo vivir aquí? - pregunté, con curiosidad.
- Me hizo una promesa: que se esforzaría. Hizo el examen de Bachillerato hace unos meses y ahora esta trabajando. - se notaba lo orgulloso que se sentía en su tono de voz.
- Yo ya tengo el título de Bachillerato. - dije, en un intento de convencerlo.
- Pero no trabajo. - me sonrió de nuevo: una sonrisa enigmática, inescrutable. Pensé que no me iba a dejar quedarme, que no le había convencido. Le iba a dar las gracias por su hospitalidad e irme justo cuando el chico añadió: - Tu habitación es la más grande de todas. La estaba reservando por venía alguna chica...- señaló con el dedo una de las puertas que había en el pasillo. - Ahí la tienes.
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THE LOST MIND - العقل المفقود ©
Novela JuvenilCasie es una chica que esta a punto de cumplir los dieciocho. Su vida se empieza a venir abajo en muy poco tiempo a causa de los múltiples problemas y la inestabilidad de todo lo que la rodea . Todo empieza a torcerse cuando Jace, el hermano de Casi...