¿QUE HA PASADO?

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Lola miraba hacia abajo, veía como el líquido corría entre su entrepierna, rápidamente cerró las piernas y puso su mano, pero eso no impidió que el pipi terminara de salir.

Miró a su madre, la cual la mirada extrañada, y miró al doctor Díaz, que la miraba como si no entenderá que estaba pasando, pero es que ni Lola sabía lo que había pasado, nuca se había visto en esa situación, estando consciente..

- Yo... yo no se que ha pasado... no me he dado cuenta... lo siento mucho, nunca me ha pasado esto ¿verdad mama? dile al doctor que esto nunca me ha pasado, yo no me di cuenta, es que no se.- dijo Lola, no podía dar crédito a lo que le acababa de pasar, solo quería levantarse e irse de allí.

-Tranquila Lola, esto suele pasar, créeme e visto casos peores que el tuyo, puede haber pasado, que como aún no controlas bien tu esfínter con los nervios de la cita a pasado este pequeño accidente, nada de importancia, desde que tu madre te anunció la cita conmigo ¿has notado algo extraño?.- le pregunto el doctor a la niña.

- si.. bueno, me he mojado todas las noches y e estado mas nerviosa no se si puede ser... claro por eso a sido estaba muy nerviosa y me ha fallado, pero esto a mi nunca me ha pasado, es la primera vez.- a Lola empezaron a salirle las palabras de tal forma que ni ella misma se estaba entendiendo, no sabía que había pasado, estaba medio desnuda tendida en una camilla totalmente mojada de cintura para bajo.

- bueno Lola tranquila es una respuesta totalmente normal, ahora pasara tu madre contigo a la habitación te podrás limpiar bien y ponerte un pañal, solo por las moscas en tu estadía en el hospital, aún faltan un par de pruebas y no queremos que pase en otro sitio con mas gente ¿verdad?.- dijo el doctor con cariño y comprensión hablándole como una niña de tres años, Lola en ese momento se sentía un poco ofendida, no le había dicho que nunca más le había pasado?, por que tenia que ponerse un pañal para estar despierta?, en eso, Eva, la madre se levantó de la silla que estaba sentada.

-Venga Lola yo te ayudo, vamos cariño, no pasa nada, lo ha dicho el médico.- dijo la madre con el tono comprensible que le caracterizaba en momentos así.

Lola le devolvió la mano a la madre se levantó de la camilla y se encamino junto a ella a habitación anexa donde hace unos minutos se había puesto el camisón, que ahora estaba húmedo en varias partes.

Cuándo estaban entrando escucho como el doctor llamaba a alguien para que fuera a limpiar.

Una vez dentro de la habitación , Lola y su madre, abrieron el grifo que se encontraba en el lavabo de la esquina, y empezaron a limpiarse toda la zona húmeda con ayuda de unas esponjas que se encontraban al lado.

-Lola ven tranquila tiendete aquí yo te ayudo, quítate el camisón .- dijo mientras le quitaba el camisón y la ayudaba a montarse en una especie de camilla.

Eva inmediatamente se quedo mirando a su hija, no sabía como iba a reaccionar, si se iba a dejar ayudar o no, pero para su fortuna, se tendió sumisamente, y como si su celebro estuviese a kilómetros de la habitación , dejó que su madre terminara de limpiarle la zona, mientras estaba solo con un sujetador puesto tendida en ese especie de camilla.

Cuando su madre terminó de limpiar, se fue a la estantería lateral, y cogió un pañal

-tranquila cariño, ¿vale? no pasa nada vamos a hacer todo lo que el medico nos diga y ya verás como esto es solo un mal sueño dentro de un tiempo.- dijo la madre mintiendo en sus adentros, mientras abría el pañal. Lola seguía en otro mundo, sin contestar y con la mirada perdida, la madre no quiso alargar mucho del momento de ponerle el pañal, ya bastante había sufrido la pobre por hoy y era cuestión de días que esto fuera algo habitual. Así que rápidamente puso a su hija de lado y después del otro lado para ponerle el pañal en la parte trasera, después pasó por el medio de las piernas la parte delantera, lo acomodó todo y puso las cintas en el frontal del pañal pegándolas. No quería alargar ese momento, pero lo estaba disfrutando en su interior, cuando termino el pañal se dirigió a la estantería de los camisones y cogió uno de igual talla y color que el de antes y se lo puso. incorporo a su hija y le terminó de abrochar la prenda. una vez en pié le acarició la barbilla

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