Los hermanos tienen secretos, son cómplices casi siempre.
Chanyeol y SeHun tenían un secreto.
(...)
SeHun ayudaba a su madre a poner la mesa, mientras Chanyeol servía la comida y su padre destapaba una botella de vino.
La familia se sentó a disfrutar su sábado familiar, mientras su padre compartía sobre su semana.
—¿Y ustedes? — su madre les miró con interés— ¿Cómo les va en el hospital?
—Bien, señora Oh— respondió Chanyeol, la sonrisa de la mujer tembló suavemente.
—Muy bien mamá, todo va bien.
— ¿De verdad? —su padre le sonrió con dulzura al menor de sus hijos. —¿Sigues en el área de obstetricia?
—Claro que sí— respondió alegre.
—SeHun es el enfermero favorito de los bebés, dejan de llorar en cuanto sienten sus brazos cálidos— comentó Chanyeol, mientras miraba con orgullos y amor a su pequeño hermano.
Compartieron una brillante sonrisa, podía sentirse el amor que destilaban.
—Uhm— el señor Park llamó la atención de los jóvenes —¿Y tú Chanyeol?
—Estoy muy bien, cardiología siempre está a tope— respondió encogiéndose de hombros.
El señor Park se sentía algo incómodo, el mayor de sus hijos siempre demostró un amor intenso por el pequeño, nunca quiso a la madre de SeHun, pero cuando se enteró de que tendría un hermanito de otra mamá, se puso muy feliz.
En cuanto tuvo al diminuto SeHun entre sus pequeños bracitos, prometió que lo cuidaría por siempre. Todo siempre había sido normal, hasta que SeHun cumplió quince y Chanyeol dieciocho, el mayor comenzó a dormir en la cama de su hermanito, todas las noches sin falta y todas las mañanas sin saltarse ninguna, se bañaban juntos, desayunaban juntos y compartían miradas cómplices.
La señora Oh había dicho que era normal, su diferencia de edad no era tanta y los hombres eran compañeros de aventuras y el señor Park quería convencerse de que así era.
Su incomodidad y "sospechas" crecieron cuando Chanyeol se graduó con honores como cirujano cardiólogo y se mudó junto a SeHun a un pent-house cerca del hospital, pero su esposa lo convenció de que era normal, eran hermanos y trabajaban en el mismo lugar. Pero mediante pasaba el tiempo, se dio cuenta de que sus hijos compartían miradas y roces "accidentales" que pintaban de rosa las mejillas de SeHun, no tenían la misma madre, pero sí el mismo padre.
—Nosotros nos vamos— sus divagaciones mentales no le permitieron seguir viendo a sus hijos.
—Quédense— pidió la mujer.
—No, yo tengo que cubrir guardia— Chanyeol ayudaba a SeHun a ponerse su chamarra.
—De acuerdo, nos vemos la siguiente semana— la mujer comenzó a recoger los platos.
El señor Park se levantó con rapidez y los acompañó a la salida, antes de que Chanyeol saliera, lo tomó del brazo.
—Cuida lo que haces con tu hermano— dijo.
Chanyeol le sonrió, sin decir nada salió y subió al auto que compartía con SeHun.
—¿Qué te dijo papá? — preguntó SeHun mientras se abrochaba el cinturón.
—Que te cuidara. — le respondió poniendo en marcha el auto.
—Me cuidas mejor que nadie— puso su mano sobre la de Chanyeol en la palanca de cambios y el mayor le apretó los dedos entre los suyos.
—Eso lo sé, mi sol— llevó la mano ajena a sus labios y besó los nudillos—Ahora vamos a nuestro hogar.
—¿Cuándo podré decirle a mamá que cambié mi apellido? Puede que se ponga feliz si le digo que me apellido Oh. — ah, la inocencia de su solecito.
—Tal vez le diga a papá, y él va a sospechar, van a separarnos.
La idea aterró a SeHun.
—No le diré a nadie— negó apresuradamente.
—Lo que hacemos no es malo, mi sol— paró en el semáforo en rojo—Nadie entiende que nuestro amor va más allá de la sangre.
Se inclinó, tomó el rostro de SeHun entre sus manos y besó sus suaves labios.
—Te amo, Channie— restregó su mejilla en la palma ajena.
—Te amo, mi sol.
Ellos se amaban más que a nada, habían intentado salir con otras personas, pero sus corazones jamás latirían por otra persona, de alguna forma siempre regresaban entre besos desesperados y lágrimas de un futuro incierto. Pero se habían prometido estar juntos pese a que nadie lo viera bien, se amarían en su hogar y en el hospital, ocultándose de las personas que sabían que eran hermanos.
Porque su amor iba más allá de la sangre.
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