III

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¿Qué pasó?

Finalmente Cristian en silencio me llevo a la casa de Kevin.

—es acá— dije y agregué —gracias por todo Cris—

—discúlpame por lo que dije— comenzó a decir —espero que algún día encuentres tus sueños y los cumplas— parecía sentido y casi me largo a llorar.

El me había herido pero fue en un momento inconsciente y no trato de justificarlo.
Él pensó que se trataba de ver "quien pega más fuerte", creyó que yo había pensado que me quería llevar su casa a cojer y por así decirlo... se defendió.

Pero no podía dejar de pensar que lo que decía sonaba como un despedida.

—algún día voy a tener todo claro— dije sin mirarlo —chau Cristian.

—Chau Caro, ojalá no volvamos a encontrar— dijo sin mucho énfasis y yo solo sonreí levemente... era el adiós.

Sin mirar escuché como el coche arrancaba y se perdía después de doblar en la esquina.
Sentía un nudo dentro de mi y la vista me empezaba a fallar por las lágrimas que la empañaban, pero en ese momento no podía llorar, no en frente de Kevin.

—¿por qué viniste a esta hora?—preguntó cuando me hizo pasar y quedé en blanco.

—salí con alguien y Sabrina llevo un chico a casa— dije agarrando me la cabeza —¿puedo quedarme acá?.

—obvio Caro— me vio a los ojos —¿te traigo ropa?— dijo y yo recordé el vestido —te queda hermoso, pero no vas a dormir así.

—tenes razón— dije —sos un tierno Kevin.

Mi relación con él era clara, éramos amigos pero desde hacía un tiempo garchabamos solo por que queríamos. Pero cuando el consiguió novia se paró todo hasta la amistad.

Kevin volvió a la sala con una camiseta de entrenamiento roja que habían usado el año anterior y con un bóxer negro que me iba a quedar tipo short abultado.

—gracias— le di un beso en la mejilla y él me habló al oído

—no estoy más con Sofi— me informó y quedé en shock, pensé que ese "para siempre" iba a ser real, se los veía muy bien juntos.

—¿posta boludo?¿Y cómo estas?— pregunté incrédula y él asintió.

—bien, creo que ya la superé—dijo tomándose la nuca.

Me cambié en su habitación y cuando salía vi a Kevin paseándose en bóxer por su living, no lo juzgo si fuese mi casa yo andaría en tanga por todos lados, pero si me causó gracia que bailará cada dos pasos que daba, no pude aguantar una carcajada

—a no!, mira lo que sos— reí fuerte y él se tapó la cara.

 —toma—dijo y me tiró una lata de cerveza.

—¿por que festejamos?— pregunté y el negó.

—estamos tomado para olvidar— dijo y yo entendí él porque pero aun así él lo explicó —yo todavía me siento mal por lo de Sofia y vos por ese pibe— me miró serio y creí mejor seguirle la corriente —por los mal de amores— dijo y tomamos.

Hubiese sido más razonable tomar solo esa lata, pero los dos estábamos lo suficientemente tristes y deprimidos como para no dejarlo en una simple lata de cerveza.

Les propongo que piensen está situación antes de seguir:

dos amigos que alguna vez fueron amantes (ambos deprimidos por sus propios problemas), MÁS una gran cantidad de alcohol.
¿qué da como resultado?

Hablame - Kichan Pavón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora