2. Girls

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El despertador resonó por toda la habitación, provocando que la pelinegra despertará de golpe. Llevó ambas manos a su cara al sentir como el sol que entraba por la ventana la cegaba por completo.
Apagó el despertador y se sentó en la cama intentando despabilarse.
Soltó un ruidoso bostezo y se encaminó al baño a pasos lentos.

Eran las seis y media de la tarde, Jisoo había decidido dormir una pequeña siesta antes de ir a la casa de la castaña, y ya era hora de levantarse.

Al entrar al baño lo primero que hizo fue cepillar sus dientes y lavar su cara mientras dejaba que la bañera se llenará por completo.

Una vez terminó de lavar su cara como correspondía se aseguró que el agua que ocupaba la blanca bañera estuviera caliente. Una vez echo esto se deshizo de su pijama y se adentró a la tina, relajándose de tal manera que por un momento creyó haberse dormido.
Terminó de ducharse y envolvió su cuerpo con una bata, entonces fue cuando finalmente salió del baño.

Sacudió levemente su  cabeza y subió de nuevo a su habitación con el único fin de cambiarse, y eso hizo, abrió el closet y sacó unos jeans rotos en las rodillas, una camisa blanca holgada y sus converse rojas. Se vistió y se sentó delante de su tocador, tomó una de las muchas cremas que se encontraban allí y la puso en su cara con delicadeza, luego tomó el primer e hizo lo mismo.
Comenzó por seleccionar unos tonos marrones para sus ojos, primero el café más claro por todo el ojo, y después el tono más oscuro en la parte inferior. Rizó sus pestañas y agregó el rimel, después se tomó el tiempo para hacer bien su delineado y luego finalizó con sus cejas.

Puso un poco de corrector debajo de sus ojeras y luego contorneó su nariz.
Tomó entre sus largos y finos dedos la manteca de cacao y la espacio por sus labios y repitió ese mismo proceso con el labial color cereza.

Arregló su cabello, agarró su mochila y bajó al primer piso, su madre estaba besándose con su novio en el sofá. La pelinegra sólo reaccionó con cara de asco y salió por la puerta, su madre no iba a notar su presencia de todas formas.

Tomó un taxi y fue en silencio a la casa de la castaña, no se sentía bien.

Habían pasado dos años desde la muerte de su padre y desde entonces su madre y comenzó a salir a bares y a volver ebria, sólo que a veces no llegaba sola. Por más que intentará ayudarla ya no era lo mismo, Jisoo era un estorbo para su madre.

Suspiró triste y bajó del taxi, no sin antes de pagarle al conductor.

Entró al lugar y saludó a la recepcionista que atendía en el primer piso, inició una pequeña charla con la mujer de mediana edad, ella era agradable, no quiso darle muchos preámbulos al asunto y se adentró en el ascensor.

Presionó el botón que indicaba subir a el último piso y esperó paciente en el ascensor junto un hombre alto y con traje de empresa, al parecer este no notó su presencia ya que estaba con el celular, Jisoo suspiró, solo quería salir y distraerse.

Después de unos minutos el ascensor se detuvo y la pelinegra pudo dirigirse a la habitación "J1" donde vivía Jennie. Golpeó suavemente la puerta tres veces siendo atendida de inmediato por la castaña.

-Hey Jichu- saludó la castaña con una sonrisa plasmada en su rostro y estiró sus brazos hacia adentro indicándole que pasara. 
Al entrar lo primero que hizo fue echarse en el sillón que se hallaba en medio de la sala perfectamente ordenada, Jennie río ante la acción de la pelinegra y fue hasta la cocina con la intención de buscar algunos snacks y botellas de coca cola.
Volvió a la sala con dos botellas pequeñas, dos bolsas de doritos y una lata de Pringles sabor pizza. La pelinegra sonrió y recibió gustosa las bolsas con doritos y la botella de coca cola que su amiga le ofreció. -¿Qué cuentas?-.

⇝Nᴜᴅᴇs J.J ꒰BP꒱ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora