A SHATTERED ONE: Life After Brynn (Mackenzie Ziegler & Lauren Orlando)

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***18 meses luego del accidente***

— ¿Tu nombre? —la voz suave preguntaba, mientras la luz de su linterna inundaba mis ojos, provocando un ligero dolor en ellos, pero me repetí que no debía cerrarlos si ella no lo pedía.

— Mackenzie Frances Ziegler. —respondí, en tono rutinario. La joven psicóloga se alejó de mí con una expresión seria pero tranquila, anotando algo en la tabla que siempre traía, antes de girarse en mi dirección de nuevo.

— ¿Puedes decirme cuándo y dónde naciste? —continuó, mirándome con calma a los ojos, esperando paciente por mi respuesta.

— Nací el 4 de Junio del 2004, en Pittsburgh, Pensilvania. —respondí, automática.

— ¿Los nombres de tus padres? —entrecerró los ojos, sabiendo que esa no era fácil. Respiré hondo, buscando la información en mi mente, encontrandola al instante.

— Melissa Gisoni y Kurt Ziegler. —dije.

— ¿Tienes hermanos, Mackenzie? —preguntó, ella, chequeando su tabla otra vez. Asentí.

— Tengo 3 hermanos y una hermanastra. —respondí. Ella asintió, suspirando y dejando la tabla a un lado de nuevo.

— ¿Cuales son sus nombres? —siguió, paciente.

— Tyler, Ryan, Maddie y Michelle.

— ¿Puedes decirme el nombre completo de tu hermana? —indagó, cruzando sus brazos sobre su pecho. Moví mis piernas nerviosamente en el aire, la cama del consultorio siendo algo alta para mí. Sin darme cuenta estaba mordiendo mi labio inferior una vez más, luchando por recordar el nombre completo de mi hermana.

— Madison... Madison Nicole Ziegler. —respondí, finalmente, dándome un pequeño golpe imaginario en el hombro por recordarlo.

— Muy bien y, ¿Puedes decirme cuándo nació tu hermana? —preguntó ella.

— El 30 de Septiembre del 2002. —respondí, fácilmente. La fecha cerca a nuestra fecha actual.

— Bien. ¿A qué se dedica ella? —siguió preguntando la terapeuta. Suspiré.

— Al baile. Es bailarina. —respondí, desviando la mirada al suelo momentaneamente.

— ¿Y a qué te dedicas tú? —solté una pequeña risa ante su pregunta, sacudiendo la cabeza, negándome a aceptar el uso de los terminos en presente cuando se trataba de mi carrera.

— Dedicaba. —la corregí, tomando un minuto para verla a los ojos— Al baile, como ella. Y a la música. —respondí, volviendo mi mirada a mis pies bailando en el aire debajo de la camilla.

— Okay. Ahora dime, ¿Por qué estás aquí, Mackenzie? —dejé mi mirada en el suelo, ya siendo previamente consciente de la venida de aquella pregunta. Seguí mirando mis pies, tratando de evadirla, pero fui atacada por mi subconsciente mandón y terco, que me repetía que debía responder.

— Porque tuve un accidente. —respondí, sin ganas de dar mucha información, aunque la terapeuta ya había escuchado estas mismas respuestas por mucho tiempo. Tanto como el que yo llevaba escuchando esas preguntas.

— ¿Qué clase de accidente? —sonsacó ella. Suspiré, cerrando los ojos con ligero fastidio.

— Uno automovilístico. —murmuré, luchando con mi cerebro para no recordar la escena.

— ¿Qué más pasó en ese accidente, Mackenzie? —su voz ahora se escuchaba lejana, mientras veía un punto en ningún lugar buscando perderme en él. Había perdido la cuenta de cuántas veces había respondido esas preguntas, así que me repetí a mí misma que estaba bien, y que podía decirlo. Decirlo significaba aceptarlo, y según la terapeuta parada a un poco más de un metro de mí, ese era el camino correcto, así que tomé aire y fui por ese camino.

— Brynn murió en él.

An Ordinary Girl (Malani)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora