Cuaderno de Bitácora

2 0 0
                                    

20 de febrero de 2342, 20: 52       Continuamos trasladándonos a Keiper, llevamos a bordo del transporte más de dos semanas, sin víveres de ningún tipo, ni líquidos ni alimentos. Esta situación es cada vez más desesperante; pertenecemos tres a la tripulación, almirante, coronel y soldado, más dos refugiados que llevamos con nosotros, no han abierto la boca, parecen preocupados, deducimos que no hablan nuestro idioma, y además no hemos encontrado forma de comunicarnos. La estructura de la nave es estable, no nos podemos quejar, funciona con un rendimiento bastante alto y cuando subimos a bordo la energía era abundante, el problema es que el carguero no está hecho para largas distancias y ya ha disminuido un 43% del total de la energía y predecimos llegar a nuestro destino en 18 días. Sin saber afrontar el problema de energía el tiempo pasa, todos callados, sin mirarnos, sin decir nada, un silencio eterno que acabará en poco tiempo. Miro por la rendija de espacio exterior que permite esta nave en mi celdilla; vacío, no hay nada, todo muy alejado de nosotros; luz, claramente, pero ninguna especie con el intelecto suficiente como para rescatarnos. Un viaje sin retorno a lo más angosto y profundo del espacio.

23 de febrero de 2342, 14:21        Ya no podemos aguantar más no hay forma de salir vivos de este viaje, sin posibilidades de supervivencia: Ya ha muerto el coronel y un refugiado hace 2 días, quedamos tres, la última esperanza se dice que es lo último que se pierde, yo ya lo he perdido todo, no sé para que escribo esto, nadie lo leerá, la nave seguirá su trayectoria para siempre sin rumbo una vez muertos todos. El espacio de la nave es bastante grande, pero se hace cada vez más pequeño, además el almirante ha decidido solamente usar las instalaciones imprescindibles; ya no tengo celdilla para mi descanso ni para mis visitas a las estrellas, los tres en el puesto de mando; un cuchitril de 15*20 metros para tres personas, sin tener en cuenta toda la maquinaria e instalación de la sala.

23 de febrero de 2342, 17:09       El coronel ha sufrido una crisis de ansiedad, se ha vuelto violento y ha decidido usar un 20% de la energía total en aumentar la velocidad, así podríamos llegar con vida a nuestro destino, pero como el sistema ha denegado la orden, debido a que si se ejecutase la orden, los sistemas principales no podrían funcionar por falta de energía; estamos al 20% de la capacidad total de la energía, así que ha asumido el control manual de la nave y la ha pilotado a la estrella más cercana, a un día y medio de viaje, con la intención de suicidarnos a todos. Yo a pesar de estar desfallecido, sin apenas fuerzas para respirar ni vivir, el instinto de supervivencia que llevamos todos y cada uno de los seres humanos, despertó sin previo aviso. Me abalancé sobre mi superior, sobre un compañero de oficio, sobre el que estuvo por encima de mí en todas las decisiones y momentos. Chocamos contra las paredes, después al suelo, le agarré del cuello, notaba cómo se resistía, no podía contra mi fuerza, yo estaba en la flor de la vida, 31 años de vida bien invertidos en estrategias cuerpo a cuerpo, él en cambio estaba a punto de dejar su puesto, unas misiones más y de vuelta a su hogar y a disfrutar de sus últimos años de vida y allí permaneció en el suelo de la nave, con los dos ojos abiertos, con expresión de furia y a la vez de dolor, todo un momento digno de ser representado en este diario.

23 de febrero de 2342, 23: 44        "Su deber será siempre informar de todos los hechos importantes que han ocurrido en su presencia, puede relatar sus sentimientos y opiniones, para en un futuro poder tener una descripción más detallada de su experiencia en la nave de transporte de tamaño M de la marca Leiga" Estas eran las palabras escritas en la segunda página de este diario de bitácora. No podía creerlo, los cinco estábamos huyendo de la guerra que había asolado el planeta 512A, un planeta rico en recursos básicos como deuterio y abundantes cantidades de metal esperando a ser encontradas por una inteligencia superior. El almirante, el coronel y yo pertenecíamos a los invasores, pertenecíamos a uno de los mayores ejércitos de nuestro planeta, la Tierra. En cambio, nuestros acompañantes, dos hermanos de una edad un poco inferior a la mía pertenecían a ese planeta des de que se colonizó. Según lo que me enseñaron en la academia de formación fue colonizado hace medio milenio por una nación muy diminuta proveniente de la parte de Sudamérica. Cuando lo colonizó decidió llevar la filosofía de sus antepasados, vivir en pequeñas tribus que cazaban y recolectaban, así que cuando mi nación se percató del potencial del planeta lo invadió sin miramientos, exterminando a los indígenas, prácticamente en su totalidad.

24 de febrero de 2342, 03:45       Quedan aún 15 días y ya no podemos más, u ocurre un milagro o mi diario se acaba aquí, a las tres de la madrugada y 46 minutos. He servido a mi país con lealtad, hasta que la injusticia devoró el ejercito, del que des de ahora hasta mi fallecimiento ni pertenezco, ni perteneceré.

Signos vitales no detectados, buscando asistencia cercana a la nave, espere...

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Feb 08, 2019 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

DIARIO DE BITÁCORA DEL SODADO MAYOR CHARLESE JULESWhere stories live. Discover now