chapter 10: i see red

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Pasada una semana de la muerte de Cheryl Blossom, Toni Topaz se había ido de Riverdale para siempre pues todo le recordaba a la pelirroja y Betty... Ella lo estaba superando poco a poco.

Gladys había salido por cosas de sus sucios negocios, de los que Jughead no quería saber. Y Jellybean estaba en casa de una amiga y pasaría la noche ahí, así que el tráiler estaba completamente solo.

- Juggie. -Betty gimió cuando Jughead empezó a besar su cuello desesperado. - Espera.

- Ya esperamos mucho, Betts. -dijo él acariciando su cuerpo por encima de su ropa.

- Lo sé pero... Mmghm. -Betty volvió a gemir. - No quiero.

- ¿No quieres qué, Betts? -preguntó Jughead sin entender, sus manos se adentraron en su blusa.

- No quiero sexo. -dijo Betty y Jughead inmediatamente paró, sin decir ni preguntar nada.

Betty se incorporó de la cama y tomó su rostro entre sus manos, esperando que él no se molestará.

- Me duele mucho el cuerpo, mi cabeza retumba y me siento mal. -dijo Betty. - ¿Lo entiendes, verdad?

- Sí, claro que sí, Betts. -Jughead asintió besando su nariz y abrazándola.

- Gracias por entender, es que con todo esto de que mi madre intenta arruinar mi vida me pone... ¡Mal! -Betty gritó, cambiando de humor rápidamente y clavando sus uñas en sus palmas.

- Está bien, todo estará bien. -prometió Jughead, entrelazando sus manos para evitar que ella se hiciera más daño.

- ¡Es que nada estará bien nunca conmigo! -gritó Betty, sus lágrimas se resbalaban por sus mejillas.

- Mi amor, ¿tomaste tus pastillas? -preguntó Jughead, secándole las amargas lágrimas que caían por sus ojos.

- No. -Betty negó cabizbaja y Jughead le tendió las pastillas que la dormían.

- Tomalas, por favor. -pidió él tendiéndole una botella de agua.

- No quiero. -Betty negó.

- Por favor, te hacen bien. -pidió él.

- Me ponen más mal. -bufó Betty pero aún así tomó las pastillas y se las pasó con el agua.

- Eso es, ahora te vas a sentir mejor. -dijo Jughead besándole la nariz con dulzura, Betty asintió triste y se acurrucó contra él esperando que las pastillas hicieran efecto y quedará dormida.

Y después de un rato Betty dormía cansada en el pecho de Jughead, mientras él se reprendía así mismo por el secreto que le ocultaba.

Jughead amaba a Betty le dolía todo lo que padecía ella, como la esquizofrenia y su trastorno de personalidad ya que debido a eso, Betty tenía que tomar a ciertas horas diferentes pastillas.

Unas le calmaban la ansiedad, otras sus alucinaciones y pesadillas, pero las que mas tomaba era las que la sedaban.

Alice le había dicho que probablemente sería mejor que la sedaran inyectándole la medicina, pues así la rubia sufriría menos pero Jughead había dicho que no.

- Betty. -susurró Jughead, para comprobar si estaba dormida. - Betty.

Pero Betty no contestó, por lo que Jughead dejó de abrazarla intentando no despertarla y se levantó de la cama.

Salió del tráiler y vio al pequeño Hot Dog que dormía en su cama debajo del tráiler ya que su madre lo había sacado por su enfermedad y blah blah blah.

𝗥𝗘𝗣𝗜𝗧𝗔𝗠𝗢𝗦 𝗟𝗔𝗦 𝟰𝟴 𝗛𝗢𝗥𝗔𝗦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora