Un taxi es estacionado en el frente del bullicioso salón en el que se estaba llevando acabo una fiesta de caridad, de los empresarios más influyentes de todo Hong Kong, se preguntarán ¿A favor de qué causa es esta fiesta?, bueno, esta es en contra de la violencia, o al menos ese es el motivo que se dio a conocer en los medios, pero en fin. La puerta del automóvil se es abierta mostrando una torneado pierna que salía para posicionarse sobre el suelo firme que esta frente a este, dando paso a que el demás cuerpo saliera, entre esto enseñando primero la rubia cabellera que tenía, aunque claramente era teñida, pero eso no importa.
Al salir del taxi tomó los bordes de su saco negro acomodando lo, dando una espectacular vista, pues este vestía un pantalón negro de vestir ligeramente ajustado a sus piernas, dejando ver el increíble trasero que poseía, usaba una camisa blanca ajustada y abotonada, pero dejando sueltos los últimos tres, con el propósito de mostrar un poco de piel, sobre este su saco, aquel que unos instantes atrás había acomodado, por último su cabellera rubia ondulada, sin duda un hombre hermoso, al igual que sexy, pero claro, también daba una imagen pulcra y elegante, tal vez este sería el tipo de novio que todos los padres desean que sus hijas tengan, pero solo a simple vista, por que en realidad era un total cabronazo.
Metió la mano izquierda a su bolsillo trasero mientras caminaba hacia él conductor, tomando su billetera para luego atraerla a él, y así poder abrirla para pagar al chofer del taxi que lo había llevado hasta aquel lugar, el cual no había sido de muy fácil acceso, ya que el salón estaba algo retirado. Saco un par de billetes extendiéndose los al hombre que conducía para poder pagar el servicio brindado, así que este solo los tomó y asintió.
—Muchas gracias. —agradecio al hombre.
—No fue nada muchacho. —contestó girando la llave del auto para poder arrancar, y fue así, este al lograrlo tomó el volante entre sus manos y piso el acelerador dejando atrás al chico.
El susodicho elevó el antifaz que sostenía en su mano derecha, sin duda era bello, era de color negro, cubierto por brillos del mismo color, haciéndolo resaltar, al extremo de este había un par de plumas grande y del color ya expuesto. Él hombre estiró la cinta que lo mantendría sujeto al pedazo de plástico que cubriría parte de su rostro. Esto era un acto un tanto extraño sí quería pasar desapercibido, pero dado a que la fiesta sería de máscaras esto era algo sensato, mucho de hecho.
Camino hacia la entrada del salón con pasos firmes, pero no largos dado a la baja estatura que poseía, una cierta desventaja, pero no le daba tan mal, ya que esta le era útil para esconderse con facilidad, en lugares que pocos buscarían, siguió su trayecto hasta toparse con el guardia de seguridad que custodiaba celosamente la puerta de entrada, ya que al ser los hombres más influyentes de la ciudad los protagonistas era obvio que no estarían desprotegidos, y menos con las cantidades inmensas de dinero que se donaban, lo que era el objetivo del joven de cabellera rubia.
—Su invitación. —exijio el guardia.
—Claro. —contestó tomando la orilla de su saco para extenderla y mostrar un bolsillo secreto dentro de este, de donde pudo sacar la dichosa invitación, la cual había conseguido de una forma no tan legal, la saco y se la extendió al sujeto. —Aquí está.
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Mi Juego, Mis Reglas.
Fanfiction-Quiero que vayas por aquel mocoso. -exclamó un hombre de piel bronceada. -¿Quién?. -pregunto un hombre de cabellera azabache, con notable confusión. -Él chico de la fiesta. -contestó con una sonrisa de lado. -¿El rubio?. -Sí Hoseok, él rubio...