《22》

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Día 2 de 5.

Jimin dobló la carta con lentitud y miró a Yoongi quien yacía con la mirada a sus dedos, jugando entre sí.

Yoongi le había dado la carta para que el menor la leyera y juntos, se sentaron sobre la cama.

—¿Qué...? —La voz de Jimin sonó algo entrecortada. Se aclaró la garganta. —¿Qué es e-esto?

Yoongi lo miró por un leve segundo y chasqueó la lengua.

—Me llegó esta mañana. Estaba bajo mi puerta. Cuando salí... no había nadie pero a juzgar por la firma, debe ser de la misma army de la primera carta...

—¿Y por qué no haz dicho nada, hyung?

Yoongi se mordió el labio y apartó la vista hacia la ventana abierta que mostraba el paisaje del anochecer.

—No quería arruinar esto. Sabes, hay muchas cosas que arruino a diario... No quería arruinar estas pequeñas vacaciones porque, se supone que debemos de disfrutar, no andar pensando en la carta.

—Hyung —Jimin se acercó un poco a Yoongi y le tomó ambas manos, haciendo que lo vea a los ojos. —, tú no arruinas nada y, está bien que hayas querido hacer esto de ocultar la carta pero, no tenías que hacerlo solo. Yo estoy aquí para ti, siempre que lo necesites. —Le sonrió para tratar de que hiciera lo mismo, pero no funcionó.

—Jimin, no me trates así... por favor —susurró—. Ódiame e insúltame si quieres, pero no seas amable conmigo.

—¿Por qué no debería? No haz hecho nada malo, Yoongi.

Yoongi no dijo nada, solo se limitó a sonreír –fingir una sonrisa, en realidad– para no preocupar a Jimin.

—¿Qué vas a hacer? ¿Mostrarás la carta? —preguntó Jimin para cortar el silencio.

—Sí, pero al pasar los cinco días. No cuentes nada de esto a nada, te lo pido.

Jimin extendió su menique.

—Te lo prometo.

Y juntaron los dedos para así hacer la promesa.

—¿Charlar te hizo bien?

—Creo que sí —respondió Yoongi levantando los hombros—. Tampoco fue incómodo...

—¿Ya ves? No hay nada de malo en hablar con alguien. Solo depende de con quién hables.

Jimin se tiró hacia atrás y miró a su mayor.

—Mhm... Hablemos de algo más... ¡Ya sé! ¿Alguna persona especial en tu vida? —Jimin movió las cejas con picardía.

—¿Lo dices por lo que decía en la carta?

—No sé, tal vez. Tú responde.

—Bueno... en realidad sí.

Jimin se levantó en un dos por tres y se sentó con las piernas cruzadas.

—¿Cómo es? —inquirió.

—Mhm... Unos años menor que yo. Pelo... Bueno, se tiñe siempre el pelo pero oiginalemente lo tiene negro o castaño oscuro.

—¿Es una chica o un chico?

Jimin ya sabía que Yoongi no tenía problemas con el género de quien se enamoraba. No solo lo había notado, también, se lo había dicho en persona, aunque sin mucha importancia al tema.

—Un chico.

Jimin volvió a sonreír por enésima vez y se tapó la boca con ambas manos como si contuviera la emoción.

Carta de una Army [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora