Mutua seducción

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Este fanfic lo escribí hace meses, pero no me había animado a publicarlo, pero hoy es el cumpleaños de Fudou, ¡así que espero que les guste! Créditos de la portada a su respectivo artista. (Fanfic también publicado en Fanfiction)

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El estratega de goggles entornó los ojos, dejando que su mirada se perdiera en la intensidad del océano. Apenas esa tarde él y su equipo se habían coronado como los mejores a nivel mundial, las palabras de afecto, los festejos y las frases motivacionales aún las sentía a flor de piel. Recibió muchas llamadas de sus ex compañeros de Teikoku, de los cuáles destacaba Genda. Pero algo faltaba, o más bien, la llamada de alguien...

—¿Estás esperando la llamada de tu padre, cierto? —las palabras sonaban venenosas cuando salían de la boca de Fudou, el cual se encontraba recostado en la arena a lado de Kidou. Tenía los brazos cruzados debajo de su cabeza y le dirigía una sonrisa de burlona.

—...— Yuuto prefirió no contestar y mirar a la casa de Inazuma Japan. Allí, en terreno más elevado podía ver las luces encendidas y ligeros murmullos de la fiesta que ahora se llevaba a cabo. Las managers, dirigidas por el entrenador Hibiki, habían preparado mucha comida para celebrar. El ambiente rebosaba compañerismo y amistad, el éxito y sueños cumplidos se veían en los ojos de cada integrante del equipo. Vaya, hasta Midorikawa, Kurimatsu y compañía futbolera que sólo había sido preseleccionada para el equipo habían sido traídos desde Japón para festejar este momento, gracias al siempre confiable jet Inazuma. La fiesta era lo más alocada que era sanamente posible para estudiantes de secundaria. Kogure aprovechaba los descuidos de sus compañeros para hacerles bromas, lo que lo hacía ganarse los regaños de cierta peliazul de lentes. Kidou había deducido que tal vez había algo más en las frecuentes llamadas de atención de su hermana hacia el defensa, e igualmente que éste buscaba deliberadamente su atención... él no era celoso, sólo le resultaba totalmente nueva la situación. Pero esa no era la razón por la que había salido de la fiesta.

El chico de rastas volteó a ver a su compañero, pese su actitud, sabía que estaba feliz, esta victoria era también suya y era indiscutible lo vital que fue para gran parte de los partidos. Fudou al fin había conocido la amistad y el compañerismo, y aunque se mantenía al margen de las muestras de afecto, había probado lo importantes que eran sus compañeros para él, incluido Kidou.

—¿Y tú qué haces aquí, si se puede saber?— preguntó, a lo que Fudou sólo dio una corta risa. Podemos dividir al Kidou adolescente en tres partes; cuando miraba todos de manera petulante y les hablaba groseramente; cuando cambió su actitud después de unirse a Raimon, volviéndose educado y considerado; y... ahora, la parte de su vida que contenía a Fudou Akio.

Es de comprender la irritación de Kidou, ya que su compañero lo hacía mezclar actitudes y emociones como nadie más. Apenas el oijiverde ingresó como preseleccionado, fue obvio para Kidou que no podría tratarlo con compañerismo y amabilidad como a todos los demás, vaya, hasta Hiroto y Midorikawa ex aliens eran rollos de canela a lado de Akio, y no ayudaba el hecho de que éste mostraba mucho más interés en el de rastas que en el resto. Pero ahora, todo había cambiado de una manera que no podía explicar...

—Es obvio—continuó Fudou —hay tanta felicidad allá dentro que en cualquier momento alguien iba a intentar besarme.

—Cállate—Kidou trató contradecirlo, pero pensó que tenía lógica al recordar que Hiroto estaba a escasos centímetros de Midorikawa y Endou en un ataque de euforia se abrazó largamente a Kazemaru.

—¿Y perderme tus insultos, cuando son todos míos? Claro que no, además, sé que sólo hacen falta unos más para que me sigas el juego.

... junto a Fudou, Kidou había conocido algo de sí mismo que no conocía; el coqueteo. El ojiverde, se había ganado la confianza del equipo, pero no así había dejado el sendero abierto para la amistad, al menos no la de tipo afectuosa, así que sus comentarios mordaces nunca desaparecieron. Yuuto al no poder (ni querer) insultarlo, se encontró contestándole con sarcasmo. Un día el juego siguió lo suficiente para ser el detonante de las emociones en el interior de Kidou.

Mutua seducción (Fudou x Kidou)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora