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—Ahhh... más. Choi... más profundo, ¡más profundo!

Los dos jadearon juntos, era el fin de semana y ambos estaban sobre la cama de Ji Yong.

—¡Profesor... ya no puedo resistirlo más!

SeungHyun gimió mientras embestía el cuerpo de Ji Yong una y otra vez.

Desde que le había prestado la Game Boy hacía dos meses, habían pasado todos los sábados por la noche en la casa de Ji Yong. Le había dicho a su madre que él y unos amigos tenían sesiones de estudio cada sábado en la noche, así que le habían dado permiso. Por supuesto que esa era una mentira, pero SeungHyun estaba estudiando apropiadamente. Bueno, Ji Yong lo estaba obligando a estudiar. Ji Yong nunca le ayudaba, (había dicho que sólo porque era maestro no significaba que quisiera ser un tutor después de la escuela), pero Ji Yong le había entregado un montón de materiales de referencia. Y si SeungHyun no alcanzaba cierta meta, Ji Yong no permitiría que tuvieran relaciones.

SeungHyun quería ver a Ji Yong todos los días. Quería tocarlo todo el tiempo. Ya no podía soportarlo.

Después de que terminaron, SeungHyun lo abrazó tan fuerte como pudo.

—¡Eso duele, Choi! —protestó Ji Yong.

—Oh, cierto. Profesor, ¿comprarás un auto? —preguntó SeungHyun quitándole fuerza al abrazo.

—¿Eh? ¿Quién te dijo eso? —preguntó Ji Yong.

—Algunas chicas me lo dijeron el otro día, —admitió SeungHyun—. Luego dijeron que comprarías un nuevo auto y que te pedirían que las llevaras a la escuela.

—Nadie comprará un auto nuevo —rió Ji Yong.

—Entonces, ¿en verdad comprarás un auto? —inquirió SeungHyun—. ¿Tienes licencia?

—Sí, —contestó Ji yong.

SeungHyun dudó antes de preguntar, —¿...Eres un buen conductor?

—¡Eso es bastante grosero! —le regañó Ji Yong—. No he conducido por un tiempo, pero eso no significa que sea un terrible conductor.

—Sólo pensaba en qué pasaría si te involucraras en un accidente de tránsito, ¡eso me asusta mucho! —dijo SeungHyun.

—Si estás tan preocupado, ¿por qué no me acompañas? —propuso Ji Yong.

—¿Qué? Cielos, eso sería realmente increíble —dijo SeungHyun emocionado—. ¿Pero no va en contra de las reglas de la escuela?

—No lo usaré para ir a la escuela, —dijo Ji Yong silenciosamente.

SeungHyun le miró fijamente. —Entonces, ¿por qué comprarás uno?

—Estoy cansado de preocuparme a qué hora dejan de funcionar los trenes cuando salgo, —dijo Ji Yong, casi indiferente.

—¿Cuándo sales? —repitió SeungHyun.

—Después de que obtuviste buenas calificaciones en tus evaluaciones, salimos a pasear como premio, ¿cierto? —preguntó Ji Yong.

—Sí, —respondió SeungHyun titubeante.

—Y después de eso, salimos juntos un par de veces más, —continuó hablando Ji Yong.

—Sí, —respondió SeungHyun, cuando en ese momento tuvo una iluminación—. ¡Qué! ¿Eso quiere decir que lo compraste para nuestras citas?

¡Increíble!

—No lo compré para ti, —dijo Ji Yong con firmeza—. Lo compré porque me hará las cosas más fáciles.

Oh, supongo que si lo comprará para no estarse preocupando por los trenes.

『Amantes prohibidos』 » GTOPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora