❝La tristeza de Yukio Okumura❞「Reflexión」

Niñez.

Como en la descripción mencionaba, curiosamente me he topado con varios comentarios que establecían un odio hacia el joven Okumura, el cual hasta ahora nunca he podido entender. ¿Es por ser "aguafiestas"?, ¿es por su forma de ser?, ¿por el papel que cumple en la trama tal vez?

Envuelta en todas estas dudas me he visto, casi obligada por mi propio ser, a escribir respecto a este estresado muchacho. Por ende, antes de empezar, advierto la inclusión de muchos spoilers respecto al manga. Leer está bajo su cuidado y responsabilidad. Dicho esto, podemos darle comienzo a esta reflexión.

Yukio siempre había sido un muchacho inteligente, bueno en los deportes y un modelo a seguir a simple vista. Así siempre lo habían presentado, tanto en el manga como en el anime; un adolescente quinceañero "perfecto". Lo que no se sabía era el sacrificio que ocultaba tras sus espaldas, los traumas; los golpes no solo psicológicos sino también físicos. Las barbaries que tuvo que haber aguantado y, por supuesto; ese estrés que tanto cuelga de sus hombros.

Al pasar por los capítulos, nos pudimos haber enterado que Yukio desde muy pequeño recibió su herida espiritual, específicamente cuando era apenas un recién nacido; gracias a su hermano Rin. Ésto nos lleva a pensar que él tuvo que vivir absolutamente TODA su infancia encontrándose con demonios ocultos entre las paredes, presentándose frente a sus ojos o sencillamente molestándolo. Nos podemos así dar cuenta que cuando inclusive era sólo un bebé, aquellas bestias lo acechaban a cualquier lado que fuera; que desde que tenía consciencia lo han llevado al extremo del miedo y el llanto. ¿Y a qué me refiero con “bebé” y “consciencia”? Que en los momentos cruciales donde lo único que debería ver era a su papá y a su mamá (lamentablemente fallecida), sólo veía puras fieras en su lugar. ¿Con un año, viendo todas esas cosas tan feas?, ¿qué se puede esperar de él? Escondido en sí mismo pretendiendo ser fuerte, ¡era tan solo un niño! Buscando refugio en su padre, quién si bien era un buen hombre, nunca había tenido el mismo tiempo para Yukio que el que tenía para Rin. ¿Qué podía hacer el pequeño castaño más que romper en llanto y suplicar por su vida, para que aquellas alimañas no lo lastimaran?, ¿qué podía hacer más que abrazar sus piernas y cerrar los ojos pretendiendo que aquello que veía no era más que una fea pesadilla de la cual se despertaría en unos minutos? Arrastrado hacia las filosas garras del temor y la desesperación, a la tristeza; al terror, al sufrimiento.

Si él con tan corta edad pudo soportar lo que muchas personas aún siendo mayores de edad no podrían siquiera ver, ¿no deberíamos, mínimo, tener un poco de comprensión por él? Sin mencionar los evidentes traumas que aquellas situaciones le generaron, los cuáles nunca son mencionados, ¿o acaso creían que se pueden vivir tantas cosas malas y salir ileso psicológicamente?

Realmente me indigna el trato que recibe este personaje tan bien desarrollado, especialmente porque su realidad está muy tomada a la ligera; y eso que recién estoy empezando. No tenemos que olvidar NUNCA que es un joven de tan sólo 15 años, edad en la que todos deberíamos divertirnos y disfrutar; olvidarnos de nuestros problemas y tomar algunas responsabilidades, mientras que las demás deberían ser encargadas a los mayores, quiénes ya pasaron por esa etapa y deben estar allí para apoyar a sus pequeños. Eso es lo lógico. Pero, ¿qué hace Yukio con quince años? Siendo poseedor de una presión constante por parte de todos aquellos que lo conocen, tiene que mantener un rostro y una personalidad fuertes y firmes. Lleno de responsabilidades, lleno de dolor, de heridas; de tantos sentimientos malos que inundan su pobre y jovial corazón. Él está en una depresión constante, la cual nunca ha sido tratada de ninguna manera. Jamás lo verás hablando de lo que siente; finge ser de piedra. “¿Y por qué no habla?, es su problema si no lo hace, después de todo los demás no son adivinos”, ¿por qué? Porque eso le han enseñado. Eso le inculcaron: A ser una piedra. A ser fuerte, y si no lo es, aparentarlo. ¿O creen que él no habla porque no se le da la gana?
No se sabe con exactitud, pero se puede suponer que Yukio comenzó con su entrenamiento para ser exorcista aproximadamente a los seis años (reitero, a esa edad debía estar corriendo o jugando con sus amigos, no llorando a los gritos porque espeluznantes demonios iban a buscarlo). Lo que significa que desde los seis años que ha sido sometido a duras preparaciones, ejercicios y rigurosos procesos. O sea que no suficiente con ser víctima de avistamientos demoníacos, también debía llevar a cabo la tarea de ejercitarse como un exorcista hecho y derecho. Claro que fue Yukio quién aceptó la oferta de Shiro de convertirse en exorcista para "volverse más fuerte", sin embargo, no olvidemos que tenía apenas seis años. ¿Qué tan destruido debe estar un niño de esa edad para pedirle a su padre que lo entrene?, ¿qué tan traumado, qué tan enfermo? Si desde esa etapa ya había comenzado con su práctica, está claro que desde allí formaron y deformaron su personalidad tantas veces como querían. Un crío débil y manejable como lo era Yukio, ¿qué clase de cosas le habrán hecho? Difícilmente siendo un muchachito de entre once años y ya disparando una pistola. Realmente, ¿qué esperan de él? ¡Claro que él es una piedra!, ¿piensan que va a hablar de sus sentimientos luego de tanto tiempo estando oculto en las sombras, sin poder hablar de su situación CON NADIE, ni siquiera con su hermano (porque a su corta edad ya le habían encargado protegerlo)? Tantos años estando callado, ¿acaso piensan que no es difícil para él?, ¿que él no habría querido gritar y salir corriendo despavorido porque ya no sabía qué hacer?

Inclusive con la muerte de Shiro, Yukio no hizo más que mantenerse fuerte para proteger a Rin. Ese era su objetivo, esa meta le inculcaron en su cabeza en momentos cuando él no tenía poder de opinión por su edad. Nunca se desvió de la voluntad de su padre, tanto es así; que heredó no solo la profesión sino también los méisters de Fujimoto. Fue entrenado para ser un calco a su padre, para mantener a raya a Rin y protegerlo de todo lo que amenazara su vida. Sí, por supuesto. Pero, ¿y la vida de Yukio?, ¿y sus sentimientos?, ¿y sus preocupaciones? Lamentablemente se vio obligado a exprimir todo eso que lo separaba de su propósito inicial. No distracciones. No tiempo libre. ¡No vida!

Si desde su niñez ha sufrido y ha sido tan explotado, ¿no podríamos, mínimo, esperar a una persona enferma psicológicamente, destrozada por dentro, hecha pedazos?

Este es Yukio Okumura: roto por dentro, pero sin emitir ni un solo quejido.

Nos encontramos en la próxima entrada.