😍

15.9K 1.4K 430
                                    


Yoongi tiene que admitir que tiene un problema. Y que está jodido, muy jodido. Pero no quiere, porque aceptar ese problema dejaría al descubierto que otras muchas cosas también le afectan significativamente.

Jimin, Jimin le afecta significativamente en general y él ha estado intentando negarlo por un buen tiempo. Yoongi no sabe por qué exactamente, solo sabe que él estaba siendo un trainee, haciendo música, practicando y aprendiendo todo lo que podía; entonces un niño de cabello negro, piel bronceada, de baja estatura y mejillas infladas llegó y se les unió.

Jimin no tenía más de quince años en esa época, era vergonzoso y no hablaba mucho; todos estaban sorprendidos porque Jimin no era un cantante, pero sin embargo, después de una audición resultó que él iba a ser un vocal en el grupo. Ni él mismo lo creía, eso es lo que repetía con nerviosismo siempre. No sabía cantar, pero habían visto potencial en él y se iba a esforzar.

En cambio, Jimin era un bailarín. Uno bueno, uno con todas las letras, uno clásico y contemporáneo. Uno de esos que son muy flexibles y mueven su cuerpo como si fueran seda flotando y enredándose en la brisa. Había que admitir que más allá de su falta de tamaño, Jimin tenía una gracia que hacía que no pudieras dejar de verlo cuando bailaba. Se podía ver que era él, su cuerpo y su alma enlazada con la música mientras se movía. Jimin no hacía alarde de tener muchos dotes, pero el baile era realmente lo suyo, el lugar donde más feliz y más seguro estaba, y eso se notaba en sobremanera.

Yoongi era observador y desde siempre notó que Jimin hacia un esfuerzo por compenetrarse, socializar y responder a las preguntas que le hacían de manera animada y amable. Era respetuoso, y realmente quería encajar y hacer eso de conocerse y trabajar de manera eficiente. Como todos allí, Jimin tenía un sueño.

Quizás fue por eso por lo que terminó siendo cercano a él, o porque al parecer el chico tenía un don para leer ambientes y callaba cuando lo creía necesario, y le hablaba suave cuando Yoongi se enredaba demasiado pensando y no tenía adónde escapar porque el piso de la banda solo tenía una habitación y demasiada gente circulando por allí.

Descubrir a Jimin fue interesante para Yoongi, se abrió de a poco y él pudo ver qué era gracioso y jodidamente tierno por naturaleza. No tenía que fingir, él era dedicado y atento a los demás cuando las personas le importaban. No interesaba que estuviera cansado o desanimado, si alguien se sentía peor, él simplemente se dedicaba a ser el soporte necesario hasta que todo estuviera bien otra vez. Jimin era todo sonrisas y buena predisposición, no se enfadaba ni molestaba seguido.

Su grupo avanzó, lentamente, un escalón a la vez, trabajando duro y practicando muchas horas, demasiadas. A base de esfuerzo se hicieron un lugar y lograron que los ojos de mucha gente se voltearan a ellos... Y bajo el escrutinio de esos ojos, algo le afectó a Jimin.

Seguía alegre y entusiasta, pero ahora todos trabajaban más duro. Jimin no podía evitar las comparaciones y las críticas, y procuraba que no le afectaran, pero muchas veces no lo lograba. A veces las prácticas no le alcanzaban, y literalmente él caía rendido en medio de una coreografía por exigirse tanto. A veces se volvía silencioso mientras chequeaba sus vídeos y mencionaba que debía bajar de peso. A veces creía que su voz no estaba bien y realmente no servía para cantar. Si se le daba su espacio, cuando todo eso le pasaba, Jimin se abría y hablaba un montón, pedía consejos y los seguía entusiasmado porque quería mucho mejorar.

A Yoongi le gustaba escuchar y aconsejar a Jimin, porque el chico siempre había estado ahí para él cuando lo necesitó. Lo dejaba desahogarse, entonces le daba aliento y le aseguraba que todo estaba bien. Jimin siempre intentaba verlo a los ojos, buscando saber si Yoongi hablaba en serio, y por supuesto que él lo hacía. Su mirada se encendía y brillaba cuando encontraba esas certezas.

Red Cheeks - Yoonmin OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora