.......♥No entendía que pasaba, mucho menos la habladuría a la que se veía sometido.
Tan solo y para desgracia —o buena suerte desde la mira de los demás chicos—, su rostro se hallaba sumergido entre el busto de la entrenadora de cabello fantasía; los brazos femeninos se aferraban a su nuca y lo obligaban a hundirse sin la respiración necesaria.
Tan sólo recordaba meter una de las galletas a su boca, mastigar y tragarla; luego el grito de Momoi-san y la situación actual. Como queriendo hacerlo —de verdad hacerlo— trato de alejarse, empero entre más seguía más aumentaba la fuerza a la que le ejercían; lo único de verdad esperaba era que su pareja -Secreta- pensara lo peor y quisiera desquitar la furia contra su vieja amiga.
Al parecer Satsuki intento —de manera nada ortodoxa— llegar al corazón del peli-celeste; aprovechando que la festividad se prestaba para regalar cosas sin ser sospechosa, inclusive a sabiendas de que Kuroko aceptaría su regalo en cualquier fecha. En fin, de alguna forma resulto que el lazo que le coloco para distinguirlo de los otros empaques fue erróneo; Riko fue la primera en notarlo.
El cordón que tenia que entregarle al chico fantasma debía de ser un color celeste —como su cabello—, no azul. De ahí en en adelante no le intereso mucho que los chicos tomaron el resto, después de todo su objetivo se encontraba hecho. Por azares la bolsa de dulces termino con menos esperaba y quería.
Furihata Kōki
Y de ahí a ese momento.
Akashi miraba penetrante-mente a su persona; pero era preferible eso a que el chico le gusta terminara con un enamoramiento -El cual desconocía de su duración- por cualquiera dentro de ese gimnasio.
—Oe Satsu, Suéltalo. Lo vas a hogar. —Daiki fue el primero en tratar, si bien faltaría al menos lo intento. Pero a ese paso su antigua amiga terminaría muerta.
—No puedo. —Contesto. —De verdad no puedo.
—¿Por qué no?
La voz de el ex-capitan de Teiko lleno sus oídos además de repartir un escalofrió por su sistema para nada agradable.
-Akashi-kun.
—¿Por qué no Satsuki?
Avergonzada más que temerosa lo miro; a su alrededor los admiradores mantenían el margen. Atentos a intervenir —Aomine, por que la femenina era su amiga— a la furia que el pelirrojo lanzaría... en cualquier momento.
—Ella no puede soltarlo. — Riko intervino. Avergonzada por sus acciones indirectas.— El homei tenía unos polvillos.
— ¿Que clase de polvillos?
No supo por quien fue lanzada la cuestión; si del equipo milagroso o de los pocos que había de Seirin.
— ¿Querías embrujar a Kuroko?
—Mou~ Ki-chan, no es tan malo como suena. —Excuso.— No me gusta que Tetsu-kun este distraído por Kagamin.
— ¿Distraído?
— ¿Por Kagami?
Akashi se encontraba ya molesto por tantas evasivas que daba la mujer. Con pasos firmes y bajo la incrédula mirada de sus compañeros —y amigos de Tetsuya— arranco la silueta de su pareja.
Lo primero en encontrarse fueron sus ojos ocres dilatados, junto a un sonrojo por el calor de la piel de Momoi. Y hablando del diablo.
La femenina lanzo un grito que aturdió sus sentidos.
— ¡No lo veas!
Demasiado tarde.
Riko se resigno cuando noto la mirada avergonzada de Furihata en vez de su característico temblor. Lo que no creía que sucedía, lo hizo.
Esos jodidos polvos eran verdaderos.
—Akashi-kun.
¿Ahora que hacían? Volvió la mirada al chico megane, Junpei. Él se mantenía con su vista fija en el paquetito; paseaba sus pupilas se meneaban en busca de algo. Se avergonzó y se lo arrebato.
— ¡Denme todos los chocolates! —Grito. — ¡Ahora!
Entre el desastre que se causo por parte de Murasakibara por su necedad a entregar los dulces se escapo con el castaño; a pasos acelerados cruzaron la entrada con dirección al pasillo, a cualquier lado en donde no fueran hallados.
—Seijūrō
El pelirrojo cerró la puerta al momento de encontrar una bodega lo suficiente lejos para ocultarlos. Lo suficiente para aparcar sus cuerpos. Él como pocas y contadas veces hacía lo abrazo, para luego separarlo y concentrarse en sus iris.
—No saldremos de aquí hasta que nadie más este dentro de la instalación. —Aviso. Aunque para el sonara como una advertencia. — Sólo necesito que me mires a mi, nada más a mi
Así que... Akashi Seijūrō podía creer en esas cosas fantasiosas.
—Solo si se trata de ti.
Demonios, tenía que aprender a no exponer sus pensamientos.
Su primer día de enamorados, su primera anécdota.
.......
Feliz día de enamorados
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Sencillamente
FanfictionLos escenarios entre ellos podian ser de los mas caotico, insufribles o un batallon de ser posible; Por que asi sucedia, por que sus personalidades se completaban cual rompecabezas. Sencilla y paulatinamente. Por que ellos eran Furihata Kōki y Akash...