Temores

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A pocos kilómetros de la casa de Tiffany y la morena se encontraba la casa de Kurt y la castaña donde se estaba quedando Brittany.


La rubia estaba  a punto de dormir, ella estaba segura que la morena esta vez tampoco respondería su mensaje pero se llevó una sorpresa cuando de pronto su móvil vibró, era un mensaje de Santana, en ese momento su rostro se iluminó con una gran sonrisa.


Me va a dar una oportunidad, se que lo hará pensaba la rubia, pero se desilusionó cuando pudo leer en  la pantalla:


“Brittany, no quiero saber de ti, no escribas más, no me vuelvas a buscar nuestra historia ya murió, recuerda tú le pusiste fin ahora déjame ser feliz, de verdad soy muy feliz” Santana


B: no puede ser, demonios –gritó-  no entiendo porque eres tan testaruda San, no te entiendo de verdad –decía-


Pensó en responder aquel mensaje pero se le ocurrió otra idea mejor, así que solo se recostó a descansar mañana sería un largo día.


Aquella noche había sido eterna para Brittany, mientras que para Santana y su rubia había durado muy poco.


Al amanecer  Brittany se había reportado enferma en el trabajo, necesitaba tiempo para lo que iba a ser, esta vez Santana  tendría que escucharla aunque no quisiera.


Eran las 6 de la tarde y Santana salía apurada se le hacía tarde para ir a ver a su rubia, ese día irían a elegir el color para pintar las paredes de su casa propia, estaba tan concentrada que ni siquiera se dio cuenta que alguien estaba entre  los autos.


Estaba abriendo la puerta  cuando en su espalda pudo sentir una pistola


X: no hables y sólo entra al carro –dijo aquella voz-


Santana entró en pánico, pensó de todo incluso que iba a morir


S: no no me hagas daño –dijo nerviosa intentando voltearse-


X: no pienses en voltearte, entra al auto y no abras los ojos –dijo empujándola-


S: por favor no me hagas daño, tengo marido, hijos y  a lord tubbington  que me esperan en casa, te daré todo lo que quieras –dijo mientras se sentaba en el asiento del copiloto-


X: las llaves 


S: ten pero no me hagas daño déjame ir


X: ni lo sueñes, eres mi boleto a la felicidad


S:si lo que quieres es dinero te lo puedo dar, solo dime cuanto y ya –decía desesperada-


Luego de varios minutos de manejar el supuesto secuestrador se había quitado el pasamontañas y empezó a reír Santana  de inmediato reconoció esa risa, era la de Brittany.


S: maldita sea Brittany  acaso estas loca pude haber sufrido un paro cardiaco –dijo furiosa mientras abría los ojos- 


B: lord tubbington?-preguntó confundida entre risas- que yo sepa el esta en Ohio


S: para el auto ahora mismo y te bajas –grito muy molesta- 


B: no lo voy hacer- dijo mientras seguía riendo-


S: no me parece nada gracioso, fue la última tontería que hiciste

B: pues tu no me quisiste escuchar, lo tuve que hacer era necesario y por ti hare muchas tonterías más si así quieres llamarlas

Santana se sentía furiosa, como fue capaz de hacerme esto pensaba, además se sentía desesperada, tenía que ir por Tiffany, no quería dejarla plantada.

Después de media hora de manejar llegaron a un lugar algo apartado, era un viejo restaurante, parecía estar abandonado.

B: entremos –dijo bajando del auto-

S: no lo voy a hacer, o me vas a obligar –dijo con los brazos cruzados-

B: pues si tengo que forzarte no dudes que lo haré –dijo enseñándole la pistola-

S: ahora eres delincuente? 

B: sí, ahora bájate del auto –dijo apuntándola con la pístola-

Santana pensaba que Brittany estaba totalmente loca, tenía una pistola, como fue que llegó a esto se preguntaba sin embargo por el miedo accedió y se bajó del auto.

Brittany caminaba atrás de Santana, tenía que asegurarse que no se fuera y poder conversar con ella.

S: a esto, me trajiste a esto –decía señalando el viejo restaurante- hubiéramos podido conversar en una cafetería un poco más decente

B: vamos entra –decía apuntándole-

S: no quiero

Brittany cargó la pístola, la morena creyó que de verdad le iba a disparar.

S: no lo harías Brittany –dijo retándola-

B: quieres probarme? Haría lo que sea por ti

S: ok, ok entraré –dijo alzando las manos-

Cuando entró en aquel viejo restaurante la morena pudo ver que por dentro era bastante agradable, estaba vacío y tenía solo una pequeña mesa arreglada con un hermoso mantel, flores, un par de velas, algo de cenar  y una botella de champagne, en ese instante a 
Santana sin darse cuenta se le escapó una pequeña sonrisa al ver aquel detalle, se notaba que Brittany se había esforzado.

B: te gustó? –preguntó tomándola por la cintura y tirando la pistola a la basura- por cierto la pistola era de juguete –dijo cerca de su oído-

Santana sintió una pequeña corriente atravesar su cuerpo, de pronto dos imágenes vinieron a su mente era una de su rubia y otra de Sam, en ese momento recordó todo y aquella pequeña sonrisa que la rubia había logrado robar de los labios de Santana, desapareció.

S: Bravo Brittany, esta vez te luciste –dijo dando dos aplausos sarcásticos- de seguro esto te lo enseño Sam porque cuando estuve contigo jamás hiciste esto por mi.

B: no amor, esto lo hice por ti, volví por ti –decía rápidamente mientras sostenía su mano- quiero estar a tu lado y cumplir cada sueño a tu lado quiero hacerte feliz y  ser feliz 

S: no Brittany esto ya no puede ser, no sé cuando lo vas a entender. –sentenció –

Unas cuantas lágrimas escaparon de los ojos de la rubia, sin embargo a Santana no le importó.

S: lo siento Brittany, tendrás que comer y beber sola, lo que teníamos que hablar ya lo he dicho y por más que te esfuerces eso no va a cambiar, entiende que  esto jamás va a continuar, en este cuento hace 6 años ya se puso un punto final.

La morena salió sin mirar atrás, no le importó nada ni las lágrimas ni como la rubia podría regresar a casa.

B: te amo!!! –gritó desde la puerta del viejo restaurante pero era tarde la morena ya había puesto en marcha el auto-

Santana manejo lo más rápido que pudo, todo el camino iba recordando y pensando lo sucedido, se preguntaba si no había sido demasiado cruel con Brittany, además se preguntaba porque sonrió con aquel detalle, que significaba la pequeña corriente que recorrió su cuerpo, eran muchas preguntas que cruzaban por su mente.

En otro lado de la ciudad estaba Tiffany, tenía mucho frío, pero más frío estaba su corazón sabía que la rubia era una gran rival para ella y que si Santana volvía a verla o tenerla cerca sería ella la que perdiera, mil cosas cruzaron por su cabeza Santana jamás era impuntual y desde la primera vez del mall jamás se había vuelto a retrasar, pensaba que tal vez estaba con Brittany, que no volvería por ella, pero sus dudas terminaron cuando pudo verla 
atravesar la calle corriendo.


S: hola amor –gritó desde la mitad de la calle-

T: hola princesa, pensé que no ibas a venir –dijo dándole un beso-

S: lo siento tuve un contratiempo además no encontraba un estacionamiento –dijo apenada – demore demasiado, pensé que ya no estarías esperando por mi

T: nada de eso amor, cuantas veces te he dicho que esperaría por ti toda la vida si fuera necesario –dijo dándole otro beso-


S: te amo, te amo, te amo –le repetía mirándola a los ojos-

Los años pasan, la gente cambiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora