Ya se me hizo costumbre soñarte. Al parecer, sueño lo que quiero vivir contigo en la realidad.
Esa noche estaba deseando un abrazo tuyo con todas mis ganas.
Yo estaba mal, tú estabas mal. Simplemente era necesario.
En el sueño te encontré, estabas delante mío. Formando una fila para andá a saber qué. Pero, no lo dudé ni un segundo y te abracé por detrás, con cuidado. Un abrazo lindo, tierno, suave y lleno de amor. Tú no dijiste nada, tampoco hiciste nada. Solo te dejaste abrazar por mí. Quizás también tú lo necesitabas.
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Me gustas, ¿cómo te lo digo? (continuación)
PoesiaContinuación de otra historia, por exceder el límite de partes por historia. Un nuevo amor apareció en su vida. Ella no se anima a decirle lo que siente. Pero le escribe poesías casi todos los días.