He tenido la oportunidad de pertenecer a la vida de diversas personas, crear felicidad momentánea en ellos así como ellos conmigo.
El día de hoy he asistido a un funeral, realmente no era de alguien significativo para mí, sin embargo asistí por darle apoyo moral y calor emocional a una persona.
En dicha situacion me di cuenta de cuán frágil y efímera es la vida.
Llantos desgarradores se escuchaban por toda la capilla "sola no me dejes, papi" repetía una y otra vez una pequeña niña la cual aún no asimilaba que la persona a quién tenía como figura paterna no despertaría de su sueño infinito.
Cai en cuenta de que cada momento en nuestra vida así como cada emoción vivida es momentánea, así como el día de hoy podrías estarte lamentando por haber cometido tantos errores a lo largo de tus años vividos, en unos momentos más tarde te estarás riendo de tu ingenuidad.En una capilla funeraria se respira el dolor puedes sentir contigo un gran frío abrazador, el cual no puedes quitar de tu cuerpo, puedes observar miradas perdidas en algún punto de la habitación, o mentes ahogadas en recuerdos; y a ti, a ti solo te queda apoyar, brindar calor a quien ya no genera su propio calor.
He tenido la dicha de no experimentar la pérdida de lo cercano, agradezco a la vida por ello, he incluso agradezco a cualquier deidad que exista allá arriba, allá abajo o incluso en esta misma tierra por dejarme disfrutar de las personas en sus últimos años de vida.
Asimismo sé que la vida misma es efímera, que en un santiamén ésta puede irse de tus manos, cada emoción, cada vivencia cada problema, cada recuerdo, cada risa, sonrisa, carcajada, lágrima, caída, amorío, beso, abrazo, cada una de las cosas que forman parte de nuestra vida, son completamente efímeras, cosas que desaparecerán y no serán recordadas ni siquiera en tu lecho de muerte.Vive plenamente, en realidad, aprende a vivir, cumple tus sueños, besa a quien amas; nada, absolutamente nada de lo que viviste todos esos años te llevarás dos metros bajo tierra.
-Gracias vida, dios, destino, suerte o coincidencia por permitirme conocer un maravilloso mundo que aún tengo que descubrir.