Hace años conocí el amor verdadero, ese amor del que hablan las películas, el de las novelas clásicas, el que todo el mundo desea. Un amor, en mayúsculas. Pero fui muy estúpido y lo dejé escapar. ¿Por qué?, hay veces que yo también me lo pregunto y otras que simplemente me avergüenzo de la respuesta.
No me he presentado, ni lo voy a hacer. En mi recuerdo sólo importa el nombre de ella y quizás de tanto repetirlo y gritarlo en sueños, haya olvidado el mío propio. Seguro que es un castigo divino por haber despreciado el don de su amor.
Ahora que tengo vuestra atención me gustaría relataros mi historia, para que no repitáis mis errores y para que además de los años, no os pese el dolor.
Los colores ocres y marrones de las hojas del parque delataban que el otoño estaba haciendo acto de presencia. Nunca me habían gustado las últimas estaciones del año, prefería la primavera y el verano. Las cervezas con los amigos, las chicas y las largas noches de verano donde todo podía pasar. La vida estaba para vivirla y todo eso era mejor en verano que en las estaciones más frías. ¿Dónde iba a parar?
Este año empezaba la Universidad y la oferta era más que variable, chicas Erasmus, chicas de fuera de la provincia e incluso de fuera de la comunidad autónoma. Pero siendo sincero conmigo mismo, con mi corazón y mi cabeza, la única chica que me había conquistado era Leire.
Leire y yo éramos amigos de toda la vida, ella era una chica muy especial y quizás por eso nunca me había atrevido a confesar mis sentimientos y siempre había preferido aparentar indiferencia. Así que aplicaba el refrán "un clavo, saca otro clavo", siendo la realidad que el "otro clavo" clava aun más al primero. Pero bueno, que me desvió del tema. Resumiendo, estaba loco por Leire, pero me hacía el interesante, tonteaba con todas las tías y encima lo contaba delante de ella para parecer más interesante todavía.
Pero todo cambió cuando llevábamos unos meses en la Universidad. Leire, unos amigos en común y yo, pasamos juntos algunos ratos entre clases, aunque no cursábamos las mismas carreras y en una de esas reuniones surgió la idea de salir de fiesta e invitar a los compañeros para así conocer gente nueva.
La noche de la fiesta llegó y en el bar ya estábamos algunos amigo celebrando la gran idea que habíamos tenido, y yo para no variar ya me había rodeado de las chicas más guapas. Entonces por la puerta del bar apareció Leire, miró adentro y uno de mis amigos la saludó con la mano para que nos viera.
Nunca la había visto tan guapa y eso era mucho decir, porque ya habíamos coincido en muchas ocasiones. Nos presentó a sus compañeros y noté que uno de ellos no estaba allí para conocer gente nueva, sino para conocerla a ella exclusivamente. No lo culpaba, pero tampoco me gustaba.
Las señales de que mi teoría era cierta no dejaron de sucederse durante la noche, él le traía copas, la sacaba a bailar, le decía cosas al oído y los dos reían, salían fuera juntos. Pero una de las veces ella entró sin él y la expresión de su cara me dejó helada la sangre.
- ¿Qué ha pasado?-. Me acerqué a ella y la aparté del grupo de chicas.
- Nada-. Susurró y me miró a los ojos, pero mi expresión no la convenció.- Me ha intentado besar y como me he negado ha empezado a gritarme-. Ella notó enseguida que mi respiración se estaba haciendo más pesada y sujetó mi brazo.
- Déjame...-. Hice ademán de soltarme pero sujetó mi otro brazo y apretó su agarré.
- Edu, no-. Dijo con firmeza.- Si le haces algo, el que va a salir perdiendo eres tú-. Me volvió a mirar y una sonrisa curvó sus labios.- No quiero tener que llevarte tabaco a la cárcel.
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Improvisando~
RandomRecopilación de historias cortas reales y ficticias. © 2018, SRL Books Respeta el esfuerzo y el trabajo de los demás. #439 - aventura de entre 2,57K #687 - mascotas de entre 778