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  Para Jack Dunphy y Harper Lee, con cariño y gratitud. 

 AGRADECIMIENTOS 

Todos los materiales de este libro que no derivan de mis propias observaciones han sidotomados de archivos oficiales o son resultado de entrevistas con personas directamenteafectadas; entrevistas que, con mucha frecuencia, abarcaron un período considerable detiempo. Como estos «colaboradores» están identificados en el texto, sería redundantenombrarlos; sin embargo, quiero expresar mi gratitud formal, ya que sin su paciencia y sucooperación, mi tarea hubiese sido imposible. Tampoco intentaré nombrar a todos losciudadanos del condado de Finney que proporcionaron al autor una hospitalidad y unaamistad que, aunque sus nombres no figuran en estas páginas, podré quizá corresponder, peronunca pagar. Sin embargo, quisiera agradecer la ayuda de algunas personas cuya colaboraciónfue muy concreta: el doctor James McCain, presidente de la Universidad Estatal de Kansas; elseñor Logan Sanford y el personal del Departamento de Investigaciones de Kansas; el señorCharles McAtee, director de Instituciones penales del estado de Kansas; el señor Clifford R.Hope, hijo, cuyo asesoramiento legal ha sido invalorable y finalmente, pero en realidad enprimer lugar, el señor William Shawn, de The New Yorker, que me alentó a emprender estatarea y cuyas opiniones me fueron tan útiles desde el principio hasta el final.TRUMAN CAPOTE 4

 «Fréres humains qui aprés nous vivez,N'ayez les cuers contre nous enduréis,Car, se pitié de nous povres avez,Dieu en aura plus tost de vous meras."FRANCOIS VILLON Ballade des pendus  

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