"No puede ser" pensaba sentada fuera. "No puede ser que se haya olvidado de mi"
Me volví hacia aquella puerta a las que tantas veces llamé, tantas veces se había abierto ante mí, pero parecía que sus bisagras jamás iban a volver a hacer su recorrido.
O por lo menos no para mí.
Decidí volver por donde había venido, me daba igual el a donde llegar, pero solamente quería... Llegar. A algún lugar al que poder llamar casa.
Mientras caminaba senda abajo iba pensando en la última vez que sí me abrieron la puerta. No me di cuenta de la suerte que tuve, ¿Por qué fui tan idiota de marcharme?
Ahora solo me quedaba andar, esperar, y rezar por que me acogieran en alguna casa, por tener algo al que llamar familia. Por recibir algo de amor por una vez.
Por sentirme bien con alguien.
Por una vez, no sentirme sola.