Parte 1 Sin Título

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Dedicada a Sky

Es la primera vez que mis ojos ven algo más que aquella oscuridad a la que estaba acostumbrado. Mis ojos arden ante tanto resplandor. Comienzo a ahogarme, desesperadamente comienzo a llorar y de un grito mis pulmones comienzan a funcionar, grito más fuerte y respiro a la par de las lágrimas, que caen deslizándose sobre mi rostro. Sin darme cuenta mi cuerpo comienza funcionar de manera autónoma. Tengo miedo de lo que sucede, no comprendo nada, mi corazón se ha acelerado, pero inmediatamente siento algo más, un alivio, una sensación cálida que, aunque no la había sentido antes, se me hace familiar. En esta piel que me rodea con dulzura, me voy quedando dormido con el pensamiento de que en toda esta incertidumbre, en esta mezcla de ansiedad y calma voy comprendiendo la experiencia de estar vivo.
Con el paso del tiempo me acostumbro a la sensación de seguridad que me brinda esta extraña masa que me rodea, sin embargo, mi cuerpo me comienza a doler, mi estomago me reclama y no lo entiendo, vuelvo a gritar y mi cabeza se acerca a una masa suave la cual hundo en mi boca y al alimentarme me satisface tanto física como emocionalmente. En esta costumbre de demandar y ser respondido debo describir también las voces que se pasean por la habitación, son pocas y suelen sonar parecido, diría que son 3 contando a la voz de la masa la cual me resulta más placentera de oír.
Por el momento mi vida solo es disfrutar del cariño de la masa y observar la luz del techo o de la ventana. Pero eso fue solo por ese momento, que podría haber sabido yo que no duraría mucho hasta que me encontrase bajo un cielo oscuro con luces cambiando segundo a segundo. Hasta finalmente sin saber cómo, me doy cuenta de que estoy solo, rodeado de oscuridad, no siento a aquella masa dulce cerca mío, trato de moverme, pero mi cuerpo aun no es capaz, vuelvo a llorar y nuevamente aparece aquella masa a recogerme, me mece en su cuerpo hasta que logra calmar mis miedos. Poco a poco voy entiendo una cosa. Cada noche cuando el miedo me recorre el cuerpo solo debo llorar y mantener la esperanza de que la dulzura vendrá por mí.
Debo también mencionar que la voz de la masa no es la única que distingo, hay una más. Cuando la luz de la ventana se va, una voz gruesa me habla con sonidos que no logró distinguir, no pasa tanto tiempo conmigo como la masa dulce, y su piel es más rígida en comparación. Sin embargo logró distinguir sus gritos a través de la oscuridad, más allá de mi habitación. Gritos acompañados de un temblor en las paredes que no serían tan desconcertantes si al final del estremecimiento no llegase la masa a cargarme en su piel y transmitirme su tristeza a través de sus lágrimas que se unen a las mías y su voz suave pero más pausada que aun el dolor me enseña a comprender algo muy valioso.
Con el paso del tiempo mi vista ha mejorado y logro ahora aunque de forma difusa, distinguir aquella masa de lo demás, masa que por cierto he dejado de llamar así, a esta la he llamado mamá por ser lo que más escucho de ella. También dice más palabras pero no logro entender qué significan estas. Por otra parte a la voz gruesa la he llamado Hijo, siendo esta una las pocas palabras que me dedica.
Pero a pesar de todo, esta cosa llamada vida es bella mientras mantengo la esperanza de que mamá estará conmigo para cuidarme de la oscuridad.




Parte 2
La luz se enciende, mamá entra llorando, notó que aún en la forma en que su voz suena aterrada hay algo de valor. Hijo entra a la habitación con un tono agresivo del cual mamá se defiende. No comprendo lo que sucede y me asusto, lloro intentando decirles que paren, trato de explicarle a la voz gruesa que solo necesita sentir la piel de mamá y estará bien, sin embargo en vano son mis esfuerzos por calmar esta situación que sigue y sigue hasta que después de un sonido estrepitoso, seguido de un golpe que sacude mi cuna...las voces se callan y solo queda el sonido de mi llanto en la habitación.
La voz gruesa ahora se torna suave cubierta con tristeza, ya no logró escuchar la voz de mamá, no comprendo qué es lo que sucede, solo pienso en cuanto deseo volver a sentirme seguro en su piel.

Mi deseo esta vez no es escuchado, me encuentro cargado en brazos mientras un cuerpo sin voz y con una piel rígida me mueven hacia un cielo decorado por una luz blanca.

Nuevamente veo como las luces van cambiando hasta que finalmente al llegar al final del recorrido, el cuerpo sin voz me vuelve a cargar hasta dejarme en la soledad de mis pensamientos.

Pregunto por mamá pero no tengo respuesta, incluso llamó a Hijo pero no logró oír ninguna voz, solo alcanzo a oír mis propios llantos. No se donde estoy, no puedo vivir solo, necesito que alguien responda a mis temores y necesidades. Quiero que alguien me cuide y me brinde seguridad. Quiero....

Mis pensamientos se interrumpen cuando escucho el crujir de la madera. Oigo a una voz con sorpresa y asombro, me carga en sus brazos y me aleja del frío de la noche. Bajo su cuidado atiende a mis necesidades pero no logra calmar mis dudas sobre dónde está mamá.

Finalmente debo decir que he pasado los días acostumbrándome a esta incertidumbre y aceptando que no volveré a sentir la dulzura de la masa suave.

Pero el día de hoy me encuentro con que hay más seres como yo, cuerpos de mí mismo tamaño, parecidos a mi, pero todos estos cuerpos me producen desconfianza y no me animan a conocerlos, sin embargo un cuerpo de mi mismo tamaño se me acerca, intento reaccionar asustado pero este cuerpo me cubre con sus brazos, brindándome un cariño que creía que no volvería sentir, este cuerpo no es la masa suave, pero me hace sentir la misma seguridad y alivio que me brindaba mamá. Y en este abrazo logro por fin comprender que en esta vida llena de miedo e incertidumbre el cariño es lo que me produce calma y esperanza. 

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⏰ Last updated: Feb 10, 2019 ⏰

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