Prólogo

9.3K 584 334
                                    

"Miénteme, mírame a los ojos, toma mi mano y dime que no me amas. Luego déjame sola y vete sin mirar atrás. Entonces yo sonreiré mientras las lagrimas caen sin permiso por mis mejillas y fingiré que te creo. Pensé que lo más doloroso sería renunciar a ella, pero me equivoqué. Fue peor verla renunciar a mi."

Prologo.

La primera vez que Son Chaeyoung fue traicionada tenia siete años, su abuela había ido a quedarse una temporada en casa y ella estaba supremamente emocionada, sus padres le explicaron que era porque la anciana se sentía muy sola en casa y Chaeyoung tenía que ser muy dulce y delicada con ella.

Por supuesto Chaeyoung accedió y a pesar de que se sorprendió al ver a su abuela con un gorro azul de lana y sin cabello, pensó que su abuela se veía adorable así. Estuvo cada día con ella, cada fin de semana disfrutaba yendo al parque con su abuela y con Mina, siempre tomaban un helado mientras escuchaban atentamente a la anciana relatar historias de alguna época pasada. Después jugaban un rato y luego volvían a casa, Chaeyoung acompañaba a Mina a su casa y volvía corriendo lo mas rápido posible solo para ver la sonrisa amplia adornando el rostro arrugado y cansado de su abuela, luego jugar naipes o ajedrez con ella hasta que su madre le besara la cabeza y la mandara a dormir.

Las dudas finalmente la obligaron a preguntarle a su abuela que pasaba, sabia que sus padres jamás le dirían la verdad, pero ella estaba cansada de fingir no escuchar las discusiones entre sus padres cada noche.

"No te preocupes, todo va a estar bien"

susurró su abuela con cariño antes de besarle la cabeza y arroparla. Chaeyoung rogó porque su abuela le leyera un cuento. "El ruiseñor y la rosa" de Oscar Wilde fue el relato de esa noche, su abuela se encargo de limpiar las lagrimas que se le escaparon al escuchar el final del cuento.

"Nunca me voy a enamorar, no quiero que un ruiseñor muera por mi culpa."

Aseguro Chaeyoung antes de que su abuela le sonriera y negara con la cabeza antes de cantarle para que Chaeyoung pudiera dormir. Esa noche soñó que estaba en un jardín con rosas sentada en una banca con Mina, sus padres y su abuela estaban sentados en el prado mientras que todos reían felices y varios ruiseñores cantaban y volaban alegremente.

Al día siguiente Chaeyoung llego del colegio y le sorprendió no escuchar a Edith Piaf resonando a todo volumen por la casa como de costumbre, su abuela amaba la forma en la que la artista cantaba y ella lloraba conmovida cuando su abuela le traducía las canciones, era cierto que Chaeyoung era muy madura para su edad pero cuando lloraba a la única persona que permitía consolarla era a su abuela.

Al llegar a la habitación de su abuela la vio recostada en la cama, más pálida que de costumbre y con sus hermosos orbes verdes mirando a la nada, la llamó preocupada y ella sonrió al verla, le pidió que encendiera su tocadiscos y se recostara con ella, esa tarde mientras los rayos de sol se colaban por las persianas de la habitación hablaron de tanto y a la vez de nada. A las seis de la tarde su abuela le sonrió emocionada al ver el sol escondiéndose en el firmamento y le beso la frente mientras algunas lagrimas escapaban y resbalaban por sus mejillas. Chaeyoung no entendía que pasaba y se asusto cuando escuchó el pitido de unas maquinas extrañas que empezaron a irrumpir con la tranquilidad del ambiente, su abuela la abrazo y le susurró una frase que nunca olvidó antes de cerrar los ojos con una sonrisa surcando sus labios.

Los enfermeros que estaban al cuidado de su abuela llegaron a la habitación y la obligaron a salir, mientras sus padres hablaban con los enfermeros a base de susurros, ella se sentó en el sillón favorito de su abuela mientras que aquella frase se repetía en su cabeza sin descanso.

"El amor y la felicidad se muestran de las formas mas inesperadas. No lo busques, deja que te encuentre."

No estuvo realmente consciente de como todo continuaba, recordaba algunos momentos del funeral de su abuela, el dolor en los ojos de su madre, lo patética que se veía cuando en el espejo Chaeyoung veía su reflejo sin reconocerse en lo absoluto, con el cabello opaco, la piel extremadamente pálida, los labios resecos y los ojos sin vida enmarcados por unas notorias ojeras, con una expresión de melancolía y un vacío constante en su pecho, tan diferente a lo que alguna vez fue. Su padre le prohibió hablar de su abuela para no ver a su madre triste. Se acabaron las tardes de juegos en el parque, las anécdotas acerca de su difunto abuelo, los postres con los que su abuela la consentía, tampoco volvió a leer cuentos de Oscar Wilde ni a escuchar a Edith Piaf inundar la casa con su voz en el tocadiscos de su abuela, todo eso desapareció al igual que la Chaeyoung que todos conocían.

➤Miénteme | 𝑴𝒊𝑪𝒉𝒂𝒆𝒏𝒈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora