Capítulo 5 - En persona

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Diciembre llegó con rapidez y todos los exámenes se acercaban peligrosamente; pero, por suerte, las vacaciones también. Los ánimos eran extraños, quizás motivados por esa difícil situación en la que todos querían que pasase el tiempo, pero temían los exámenes. 

Hinata y Naruto habían continuado hablando, esta vez ya sin redes sociales de por medio, y ella estaba encantada con la situación. Naruto era un chico atento y divertido, siempre era capaz de sacarle una sonrisa cada vez que veía uno de sus mensajes. Hinata se sentía en una nube, completamente enamorada de él a pesar de no haberle visto nunca en persona, pero no le importaba; no necesitaba verle para tener claro que lo que sentía era amor. 

No obstante, aún quedaba otro asunto por resolver.

Para ella, además de los exámenes y las fiestas, diciembre también significaba el regreso de Kiba, a quien le había resultado imposible contarle nada. Deseaba que su novio postergase más el viaje, pero sabía que eso sería imposible, ya bastante había sido que no había pisado Konoha en todo el cuatrimestre. Eso no hacía más que ponerla nerviosa, hacer que no quisiera que el tiempo avanzase, pero Naruto era capaz de hacer que olvidase todos sus problemas.

-¿Te apetece quedarte a ver una película en mi casa? -propuso el rubio un día en uno de sus mensajes-. Podríamos estudiar antes y luego quedarnos a verla.

-Estaría bien -escirbió Hinata-, pero vives en la otra punta de la ciudad.

"Y solo" pensó tras escribir el mensaje. Naruto le había dicho en otra de sus conversaciones que sus padres habían muerto siendo él muy pequeño y que, aunque tenía dinero para sus gastos, la universidad era más cara de lo que podía permitirse, con lo que había alquilado dos de las habitaciones de su casa. Sus compañeros estaban siempre fuera, tan solo aparecían para dormir, por lo que era como si viviera solo. A Hinata le apetecía el plan, pero le resultaba extraño conocer a un chico por primera vez a solas en su casa.

-Puedes quedarte a dormir.

Las alarmas de Hinata se activaron más, pero, ¿por qué hacerlas caso? Le apatecía muchísimo estar con él y, aunque no era estúpida para saber por dónde podía tirar eso, quería arriesgarse. Estaba cansada de la Hinata que hacía siempre lo correcto.

-Veré qué puedo hacer -dijo finalmente, dando por finalizada la conversación.

Dejó el teléfono y bajó, esperando tener suerte. Su padre libraba y sería sencillo pedirle permiso, aunque no iba a ser totalmente sincera.

-Papá -saludó cuando le vio. Neji y él estaban hablando en la cocina-, quiero preguntarte una cosa.

-Ya me lo suponía, tienes el tono de querer algo -sonrió.

-Una amiga de la universidad me ha dicho de quedarme a dormir en su casa y estudiar -dijo antes de arrepentirse de lo que iba a hacer.

Su padre alzó las cejas, sorprendido.

-¿Qué amiga? -preguntó Neji antes de que Hiashi pudiera responder.

-Maatsuri -sabían que Ino vivía demasiado cerca, ella misma les había dicho que coincidían todas las mañanas en el tren, con lo que su otra amiga era su única opción.

-No la conocemos -su primo parecía estar dispuesto a arruinarle el plan.

-Yo tampoco conozco a tus amigos -repuso ella a la defensiva.

-Bueno, no hace falta discutir por esto -trató de tranquilizarles su padre-. Ya lo pensaré.

Hinata asintió, pero antes de marcharse de vuelta a su habitación fulminó a su primo con la mirada. Le quería mucho, pero a veces era demasiado protector, motivo por el que, a sus 18 años, seguía sintiéndose como si fuese una niña pequeña. Él y su padre apenas se preocupaban por lo que hacía, ambos trabajaban y se centraban más en Hanabi al ser la pequeña, pero siempre que necesitaba algo de verdad ahí estaban para fastidiarle el plan. 



Lo que no nos cuentan del amor (Naruhina AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora