Taylor pasa la tarde en casa. Insultamos un poco a Noah y a Chloe, miramos chicos guapos en Instagram y nos tragamos casi toda la bollería de la cocina.
Estamos tiradas en mi cama con los pies tocando el cabecero y viendo de nuevo una antigua película de terror. He pensado que ver como le rompen el corazón a otra persona, aunque sea algo ficticio, no es lo que quiero. Margo entra con un bol de palomitas, y se ahueca entre Taylor y yo con las piernas estiradas.
—Quita tus pies de mi cara, Margot —me quejo—. Te huelen a queso.
—Cállate.
Taylor y yo posponemos nuestra charla hasta que Margot se va casi al final de la película. Nos deja las palomitas, y me meto grandes puñados en la boca.
—¿No le has dicho nada de lo que ha pasado con Noah?
Ladeo la cabeza y vuelvo a mirar la pantalla del ordenador. Empiezo a leer los nombres de los actores y actrices.
—No. Y no quiero que lo sepa.
Taylor se encoge de hombros como si la acabara de acusar de algo.
Ponemos otra la película, la última antes de que Taylor se tenga que marchar a su casa. Pocos minutos después de haber empezado a ver la película, estoy abrazando un cojín y hundo la cabeza en él de vez en cuando. El primer chico que muere a manos del loco asesino, es un mujeriego capitán de fútbol americano que acaba de romper el corazón de una chica. ¿Es el karma que haya salido por la puerta de atrás de la casa y que el asesino le haya asaltado el primero?
Hacia las ocho y media me llega un mensaje de Noah que dice: Mañana, en el descanso, en las gradas del campo. No me dice nada más y eso me pone más nerviosa. ¿Va a pedirme perdón y a darme una buena explicación? Es lo menos que espero después de todo. O no, a lo mejor quiere dejarme porque sí. ¿Le gusta ahora más Chloe? ¿Y si es por las relaciones sexuales? Él me dijo que pasaría cuando fluyera, ¿qué sentido tiene mentirme tan descaradamente?
Cuando Taylor se va y me quedo en la cama tendida, paso la peor noche de mi vida. ¿En qué momento un mensaje me ha puesto así? Ruedo muchas veces en la cama, y resoplo y me maldigo cien veces por haber respondido a Noah con un: OK. Así que por la mañana, me levanto con unas ojeras tremendas que tapo con maquillaje y un dolor de cabeza que intento camuflar con aspirinas. Llamo a Taylor para pedirle que vayamos juntas a clase. Por un segundo temo que ya haya salido de casa; es algo tarde, y cuando he bajado a la cocina Margot ya se había ido y papá salía de casa. Habían pensado que estaba mala porque tengo fiebre, pero mis ganas de resolver lo que sea con Noah son más grandes. Agarro las llaves del coche al ver que Taylor no me contesta.
Salgo corriendo, Wesley está pasando por delante de casa con el coche.
—¿Te acerco al insti?
Miro mi coche y al final corro a montarme al de Wesley. Acelera en seguida. Yo todavía estaría revisando los espejos.
—Gracias. Llego tarde.
—¿Qué te pasa?
—Nada. Un poco de fiebre.
Wes me mira con las cejas fruncidas.
—No es eso... —Entrecierra los ojos y me toca con un dedo la sien— ¿Problemas con tu novio?
Suspiro. Wesley me mira y tuerce los labios.
Estoy buscando en mi mochila la bolsa en la que he metido la figura de Margot. Pienso arreglarla con algo de pegamento del taller de robótica.
—Algo así.

ESTÁS LEYENDO
El rincón de Millard
Roman pour AdolescentsSierra Bomer ha abierto un blog. "El rincón de Millard". Un blog anónimo y sin censura. Critica a sus compañeros, da su opinión de los rumores, y desenmascara secretos para hacer justicia. Pero... ¿y si su anonimato deja de existir para el capitán...