Capítulo: 70 "Habitación"

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El doncel se removió sobre las suaves sabanas su cuerpo dolía con cada movimiento, sobre todo la parte inferior de su cuerpo, un hormigueo recorrió por sus piernas, sus glúteos, al sentir un cálido líquido espeso saliendo de su entrada sus ojos se abrieron abruptamente, la primera imagen que captaron sus ojos fue un cuarto de madera, era amplio, había un ropero color marfil, un tocador con vasijas pequeñas y algunas hojas verdes y otras marchitas, enfrente de la cama donde estaba había una puerta de color negro, su corazón se aceleró, bajo su cabeza hacia su cuerpo, este estaba cubierto de marcas y heridas frescas, capas de sangre que de deslizaban por la blanca piel, chupetones y hematomas de color negro, morado y rojo todo fusionándose como una obra de arte en un lienzo puro y limpio, su entrada estaba inflamada y roja, semen blanco lechoso escurría por su entrepierna intento caminar, pero sus piernas estaban débiles por lo que lo hicieron caer, un ruido metálico hizo eco en la habitación, provenía de una cadena metálica encadenada a una pata de la cama y el otro extremo estaba encadenada a un collar que traía puesto alrededor de su cuello, un sudor frió recorrido por su frente, el miedo calo sus huesos hasta atravesar la médula ósea, intento gritar, pero su voz salió ronca y rasposa, un dolor ardiente inundo su garganta, sin importar el dolor continuo arrastrándose, gritando.

-¡Son Lang! ¡A-Qing! – Pero nadie le contesto, los minutos pasaron y el doncel se estaba desesperando, trato de recordar como llego a este lugar, pero lo único que recordaba era que regresaba a su casa con su hija, luego un sentir de algo le nublo la mente, después todo se volvió oscuro, de ahí ya no recordaba nada más.

La palabra hija resonó en su mente, era cierto su hija estaba con él en el bosque cazando faisanes y recolectando frutos, con ojos rojizos volvió a revisar el lugar que le rodeaba esperando encontrar un indicio que le dijera donde estaba él o su hija, sin embargo, el sonido chirriante de la puerta abriéndose lo saco de sus pensamientos.

-Mi amor que bueno que ya te despertaste ¿Tienes hambre? – Pregunto el joven con una charola con comida.

-¿Xue Yang? – Pregunto el doncel asombrado.

-Sí, Xue Yang ¿Te da gusto verme? – Río, dejando la charola de comida sobre el tocador.

-¡¿Qué ahogo aquí?! ¡¿Y A-Qing?! ¡Quiero ver a mi hija! – Grito el doncel parándose torpemente mientras se apoyaba de la cama.

-Nuestra hija esta desayunando, cuando termines de desayunar la traerá para que estemos los tres siendo una familia feliz. – Contesto Xue Yang con una sonrisa.

-¿Dónde está Son Lang?

-Nunca lo vuelvas a mencionar, ni pensar ese tipo. – El rostro del joven se oscureció su mirada se tornó sombría.

-¡¿Qué quieres de mí? ¡Cuando me libere lo pagaras!

-Eso lo dudo mucho, ya que ese collar que traes puesto es especial, absorbe energía yang por lo que nunca podrás ni fuerzas para resistirte, por ende, dependerás de mi energía yang para sobrevivir y gustoso te la compartiré, sobre la primera pregunta solo quiero que formemos una familia, mi hermoso esposo, mi molesta hija y mi orgulloso hijo, los cuatro siendo una familia feliz.

-¡Estas demente! Ni pienses en que voy acostarme contigo antes muerto.

-Jajaja... pero mi amor eso ya lo hicimos anoche, hicimos el amor nos dejamos llevar por la pasión y la lujuria, me extendiste tus piernas y las abriste dejando tu entrada a mi merced.

-¡No! ¡Eso es una vil mentira!

-Si no me crees ve como termino tu cuerpo, te aferraste a mi mientras gemías mi nombre una y otra vez rogándome por más.

-¡No es cierto! ¡Yo amo a Son Lang nunca le haría esto! – Grito el doncel con el rostro colorado de la ira, sus manos se apretaron en un fuerte puño, sin embargo, al escuchar la última oración de XingCheng este le dio una cachetada aventándolo a la cama, luego suspiro tratando de controlarse, se dirigió al tocador y tomo la charola de comida, la dejo sobre la cama.

-No me hagas enojar tan temprano, desayuna y cuando termines traeré A-Qing. – Dicho esto se dio media vuelta y se retiró de la habitación, cerró la puerta con seguro, XingCheng se quedó inmóvil sobre la cama, su mejilla se había hinchado, marcas de dedos resaltaban de la colorada mejilla.

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elvis- Sempai

El doncel del amor y la cultivaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora