El demonio que vive dentro de mi.

CAPÍTULO 44.

- No temas, que te pasa? ¿O es que … me temes? . – preguntó aquella entidad mientras caminaba junto a la niña.
- S-Si, SI NO QUIERO VOLVER AL INFIERNO RECUERDO QUE VI MI CUERPO ASI. - decía mientras agarraba su propia mano para no soltar el cuerpo.

- Tranquila, que tu estas conmigo, pierde el miedo te mostrare lo que tú te estas perdiendo. – en su mirada alexia expresaba terror y confusión una parte quería creer, pero otra estaba asustada, se encontraba en un dilema, soltó sus manos y decidió confiar.
El la llevo a dar un paseo, para que ella pudiera ver qué pasaba por su pueblo todas las noches mientras ella dormía, se sorprendió y emociono a la vez por todo lo que pudo ver, por primera vez entro a la discoteca, estaba como loca saltando y bailando. Él le tomo la mano y con la cabeza le hizo un gesto de que salieran ella se reusaba y el volvió hacer el mismo gesto anterior, le insistió “vámonos no hay mucho tiempo”. Pasaron por varias casas, había algo que alexia le estaba incomodando y este era el hecho de que su amigo empezó a provocarle malos momentos a las personas, hacía que se asustaran a morir, pero como toda inocencia de un niño que no conoce la maldad… Alexia lo disfrutaba entre risas pues  para ella era una manera de divertirse pero para el era… PODER.

-Eso que sale de ellos que es?. - Dijo Alexia curiosa mientras se partía de la risa.

-No, no es nada, eso le sucede a todos el que tiene miedo, intenta divertirte y no hagas muchas preguntas. - miro su amigo clavando sus ojos en los de la niña tan intensamente que podía ver el mundo a través de ellos… un mundo oscuro.

Las personas que estaban bebiendo y bailando ni cuenta se dieron, en el camino encontraron un grupo de personas que caminaban hacia sus viviendas, el destino del cual venían era incierto, la entidad  se convirtió en un gato y se acercó a ellos, el camino era oscuro y solo un foco lograba brindarles la suficiente claridad como para caminar tranquilamente, él se acercó y empezó a maullar cual gatito inocente. 
-Qué es eso julio? . - pregunto la mujer sujetando la mano del hombre a su lado.
- Miau.
- Solo es un estúpido gato, no te preocupes yo me encargo. - musito el hombre quien paulatinamente se acercó al gato y le pateo.
Todos reían, pero aquellos maullidos que empezaron leves pronto fueron ascendiendo hasta tomar tonos que superaban a todo gato sobre la tierra, era algo increíble, los maullidos eran tan fuertes que molestaban los odios, debido al dolor intenso que provocaban estos sonidos, ellos habían cerrado sus ojos petrificados, para cuando los abrieron aquel gato no estaba… lo que admiraban era una locura, no lo creían, no lo asimilaban era… era, un Leopardo gigante.

-N-no p-puede ser…

Todos empezaron a correr por sus vidas, sin importar que aquel foco ni iluminaba bien debido a la intensidad del temblor de sus manos, corrieron como nunca sin importar nada, de su cuerpo salía una especie de aura e iba directo al cuerpo del ser, la niña solo miro callada, pero en su cabeza pasaban miles de preguntas. Le lanzo una mirada a su amigo quien parecía extasiado de poder.

-Que acaba de ocurrir? Te has convertido en un animal.- decía con sus profundos ojos clavados en su acompañante, tratando de analizarlo con ellos pero todo era en vano, simplemente no podía.
- puff, en efecto es cierto, pero solo buscaba un poco de amor y ese idiota me golpeo, le he enseñado que les animales no se les golpea. - musitaba con cierto fastidio.

Caminaban en silencio, cada vez que alexia podía levantaba la mirada para dirigirla a su acompañante el cual solo mantenía una expresión neutra que le confundía a un más. De pronto el se detuvo, la joven miro alrededor… era un camino abandonado, presto toda su atención a su acompañante cuando escucho que sus cuerdas vocales empezaban a hacer sonido, musitaba unas palabras y se dirigía hacia un árbol tras el cual al perecer había algo que a los ojos de alexia era imposible percibir.
Su amigo se giro para quedar frente a ella, le miro con ese intenso resplandor en sus ojos, por primera vez en la noche aquella expresión seria hizo presencia entre ambos.
-Alexia.. ahora debo vendar tus ojos. - su voz era mas gruesa de lo normal lo que indicaba que el momento era uno muy serio.

No sabía cómo reaccionar, su corazón palpitaba cual conejo siendo perseguido por un depredador, no entendía nada, pero lo que sabia es que en ese momento, en ese oscuro camino abandonado, detrás de ese gran árbol, algo iba a cambiar… algo estaba por suceder y los únicos testigos serian: aquella entidad, la luna y su protagonista… ella.