3. Sunny Ursa

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Dos pequeñas figuras vestidas con indumentaria militar que podías conseguir en una tienda de disfraces, comenzaron a movilizarse por todo el apartamento, en dirección a la cocina. Comenzando a abrir todas las puertas de los gabinetes, uno por uno, con el fin de hallar su objetivo: un pequeño ser en forma de osito de peluche de mano.

- Hay que hallar al sospechoso rápido cadete Osborne!
- Si Teniente Osborne!, según mis investigaciones su escondite debe hallarse en los alrededores de la cocina, en alguno de los gabinetes de la alacena.
- Ok Cadete, pongámonos en marcha para cumplir la misión!
- Si señor!!

Estas pequeñas figuras se trataban de mis hermanos, Tommy y Timmy, o como mi madre y yo los llamamos, Tom y Tim. Un par de gemelos de cabellera rubia que hacían juego con sus traviesos ojos azules que llamaban mucho la atención a la vista y que estaban pronto por cumplir sus 7 años.

Ellos compartían conmigo un secreto, me refiero a la existencia de Koody. Desde el primer día que llego a mi casa, Koody no se preocupó para nada en ocultarse de mis hermanos cuando lo encontraron en mi maleta, ellos obviamente se llenaron de alegría y emoción al ver esta extraña criatura que flotaba enfrente de ellos y que no dudaron inmediatamente en contarle de su descubrimiento a mamá, pero mayor fue la sorpresa para ella al encontrarse lo que llamo un "lindo souvenir" que había comprado en Noruega al pequeño oso que reposaba completamente inmóvil en mi mano.

Los gemelos y yo no salíamos del asombro de los dotes actorales de esta criatura de que luego de que mama saliera, se movio de nuevo y se acercó a los gemelos de manera intimidante y de cierta manera los convenció de mantener la boca cerrada, logrando una especie de trato que no alcance a escuchar entre ellos.

- Ah!! ¡Allí esta! - soltó de un grito Tom que vio la figura de su objetivo moverse.

Koody se escabullía entre los recipientes que había en los cajones, alejándose de las manos de los gemelos utilizando su habilidad de traspasar objetos, entrando y saliendo fuera de ellos.

- No es justo! ¡está utilizando magia para traspasar las cajas! - menciono Tim que intentaba atraparlo desde otro ángulo, pero Koody era mucho más rápido y ágil que las manos de ese par de gemelos.

- Que esperaban, soy un ser mágico, es mi naturaleza. Puedo hacer estas cosas sin problema, además quien dijo no pudiera utilizarlos, como les he dicho antes, en la guerra todo se vale. - mencionaba triunfante mientras dejaba a los gemelos atrás y se dirigía a esconderse ahora en la sala, pero fue detenido por un fuerte olor que capturo su olfato.

El olor de una sola cosa que podía llamar su atención, Miel. Su dulce y penetrante aroma se hallaba ahora en la sala, específicamente en las manos de una chica que sostenía un frasco que era donde provenia el olor. Yo.

- ¿Buscabas esto? ¿Lo quieres? La suculenta y deliciosa miel de la granja Meller, reconocida como una de las mejores mieles del mundo - mencionaba tentadoramente, mientras metia la punta de mi dedo dentro del frasco, impregnándolo de la espesa dulzura para luego saborearlo en mi boca.

Aunque sus ojos estuvieran cerrados, por su expresión se podía ver lo desesperado que estaba en probar aquel manjar que se le hacía agua a la boca

- Tsch! ¡No es justo que utilices mi debilidad para detenerme Nana! - señalándome de manera furiosa.

- ¿Justo? pero si tú mismo lo dijiste, en la guerra todo se vale, ¿no? -Solo me limitaba a sonreír campantemente ahora que tenía justo en mis manos a mi pequeño amigo.

El pequeño kwami ahora comenzaba a sentirse culpable por haber mencionado esas palabras que ahora se las estaban devolviendo por partida doble.

- Si lo quieres, es mejor que comiences hablar ahora - mencionaba mientras mecía aquel frasco frente a Koody.

MIRACULOUS Stories - A Bear's TaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora