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No es que a Kinesis no le gusten las vacaciones, tal vez no tanto como ir a la escuela, pero sí que le gustan, sobre todo cuando sus padres consiguen vacaciones en el trabajo los mismos días y pueden salir de veraneo a algún lugar.

No es el caso esta vez, sus padres siguen trabajando. Así que él extraña la escuela, pero no pueden culparlo, él ama charlar con sus compañeros y bromear con sus profesores, recorrer de un lado a otro toda la edificación mientras su amiga Nero le cuenta sobre algún nuevo chisme, correr por el salón con un rollo de cartulina en mano golpeando a su adversario o entrar en debate con profesores y alumnos, ama llevar la contraria a una idea aún cuando sabe que está mal, solo para poner de mal genio a quién sea que le esté debatiendo.

Extrañará eso, luego de estas vacaciones entrará a su último año escolar, y está nervioso porque no quiere que esto acabe, no quiere perder todo esto, las jugarretas, las guerras de basura que se arman con los estudiantes menores o los partidos de básquetbol en las que participa el profesor de deportes y todos se reúnen a alentar, las peleas por quedarse la silla sin dibujos obscenos y por tener la mesa que no cojea, su compañera chillona que pide retrasen el examen a gritos y su compañero con bajón al final del salón armándose el mejor sándwich del día. Sí, definitivamente debe disfrutar por completo su último año.

Pero por ahora debe hacer aseo.

Así que ahí estaba. En los parlantes se escuchaba una lista de reproducción con las canciones más escuchadas del año, su gata escondida en algún lugar de su habitación porque odia el sonido de la aspiradora y él está moviendo los sofás para poder limpiar abajo de ellos, cantando y moviendo su cuerpo en un intento de baile.

Sus padres están en el trabajo y no llegan hasta las ocho de la tarde, así que luego de limpiar almorzará lo que quedó del día anterior y se relajará todo lo que queda de tarde viendo series.

Apenas ya acababa de trapear cuando notó al chico, mirando a través del visillo en su ventana lo pudo ver sentado fuera de su jardín, con la espalda apoyada a la reja y tecleando en su celular. Rubio, vestía con una camiseta manga larga a rayas y simples pantalones negros, tenía lo que parecía ser un antifaz sobre su cabeza y unos gigantes audífonos con diseño de gato.

Kinesis se preguntó si el chico había estado llamando, así que apagó la música antes de abrir la puerta para hablarle.

—Hola —saludó Kinesis—. Estaba con la música alta, lo siento, ¿estabas llamando?

Vio al chico bajar sus audífonos un poco, volteando a verle con un rostro completamente inexpresivo y luego negó con la cabeza.

—Oh, está bien —murmuró Kinesis.

Moviéndose en su lugar nervioso Kinesis no sacaba la mirada del chico, no es como si el rubio estuviera haciendo algo malo, pero le inquietaba que estuviera ahí sentado, apoyado justamente en la entrada y dándole la espalda, revisando su celular desinteresadamente.

—¿Entonces no necesitas nada? —preguntó Kinesis.

El rubio volvió a negar y Kinesis se puso aún más inquieto. ¿Por qué ese desconocido estaba ahí entonces? Entró y cerró la puerta con llave, tomó la escoba que tenía a mano por si debía golpear a alguien y subió las escaleras corriendo, su habitación tenía la ventana que daba hacia la calle, desde ahí podía ver al chico perfectamente y tenerlo vigilado. Consideró llamar a alguno de sus padres, decirles que había un chico sentado fuera de su casa chateando en su celular y escuchando música, pero la verdad no sabía si eso sonaba como emergencia para que dejaran sus trabajos y volvieran a casa.

Se quedó vigilando en la ventana por al menos media hora, el joven no mostraba señales de querer irse y Kinesis estaba por entrar en pánico, además tenía hambre, pero no se atrevía a quitarle la mirada de encima, ¿y si estaba esperando un descuido para meterse a la casa y robarles? Durante todo ese rato no hizo nada sospechoso, sólo miraba su móvil y de vez en cuando movía la cabeza ligeramente, quizás al ritmo de la música en sus audífonos, pero aún así podía pasar algo, nunca se está seguro por completo.

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